Un fantasma recorre Europa.

Se trata de un complot internacional orquestado por las élites políticas y económicas para importar millones de trabajadores de Asia y África y mezclarlos con las "razas europeas".

¿Los objetivos? Crear un híbrido humano débil y fácil de manipular, aumentar la disponibilidad de mano de obra barata y, finalmente, acabar con la "raza blanca".

Parece una novela de Philip K. Dick, el escritor que inspiró la película "Blade Runner", o el guion de una producción de Hollywood con presupuesto millonario.

Sin embargo, para muchos, es algo real.

Es la teoría conspirativa conocida como "plan de Kalergi", que, desde hace poco más de una década, circula entre los seguidores de varios partidos nacionalistas y de extrema derecha europeos.

Las pruebas que sustentarían este programa son contradictorias, pero algunos líderes de esas formaciones han basado en ella su discurso contrario a la inmigración y a las políticas de la Unión Europea.

Esta supuesta teoría y el nombre de Kalergi habrían quedado encerrados en el cajón de las conspiraciones que surgen a diario por internet y las redes sociales de no ser por Matteo Salvini, el líder del partido xenófobo de la Liga Norte y actual ministro del Interior de Italia.

En varios de sus mítines de los últimos años, Salvini alertó contra el "intento de genocidio contra las poblaciones que han estado viviendo en Italia durante los últimos siglos, que alguien querría suplantar por decenas de miles de personas procedentes de otras partes del mundo".

En repetidas ocasiones el político italiano acusó a la UE de ser la instigadora de una "limpieza étnica" y en julio pasado volvió a atacar a uno de sus blancos favoritos, el magnate George Soros, por querer, según él, "llenar Europa e Italia de inmigrantes porque le gustan los esclavos".

En los últimos tiempos, Kalergi, Soros y sus supuestos planes empezaron a asomarse también en las páginas online de diarios muy cercanos a los partidos de extrema derecha de Francia, Italia, España o el Reino Unido, sobre todo en momentos que coinciden con elecciones.

Pero ¿qué tienen que ver la inmigración, Soros y un excéntrico filósofo del principio del siglo XX?

Quién es Kalergi

Según quienes creen en esta teoría, el ideólogo es el filósofo y político austríaco Richard Nikolaus Graf von Coudenhove-Kalergi.

Hijo de un diplomático austro-húngaro y de la hija de un magnate japonés (descendiente de una familia de samuráis), Kalergi nació en Tokio en 1894 y se crio en el ambiente cosmopolita y culturalmente sofisticado de la Viena de principios del siglo XX.

En 1923 publicó el manifiesto "Paneuropa", en el que preconizaba el proyecto de una confederación de países europeos, y fundó la Unión Internacional Paneuropea, un movimiento político que quería lograr la constitución de una entidad política que trascendiera los estados nacionales: los Estados Unidos de Europa.

Pero, en una época en la que predominaban las ideologías nacionalistas, por un lado, y las comunistas, por el otro, las ideas liberales de cooperación e integración de Kalergi quedaron inicialmente circunscritas al pequeño ámbito intelectual europeo.

Luego fueron perseguidas por el régimen nazista.

Y finalmente quedaron sepultadas bajo los escombros de la Segunda Guerra Mundial.

Después de la guerra, Kalergi se involucró en la creación de varias instituciones que acabarían constituyendo la arquitectura de la actual Unión Europea y en 1950 su labor le valió la primera edición del prestigioso Premio Carlomagno.

Sin embargo, su nombre y su obra pasaron largamente desapercibidos durante décadas fuera de los círculos políticos y diplomáticos.

Hasta 2005.

Una fama inesperada

Y es que, más de 30 años después de su muerte, el nombre de Kalergi volvía a aparecer en un lugar inesperado: el panfleto "Adiós Europa. El plan Kalergi, un racismo legal", publicado en 2005 por Gerd Honsik en España, donde este escritor austríaco se había refugiado para huir de una condena por enaltecimiento de Hitler y negacionismo del Holocausto.

En su libro, Honsik reproduce textualmente varios párrafos de las obras de Kalergi -pero sacándolos de contexto- para demostrar que el diplomático "estaba a la cabeza de la conspiración que amenaza la subsistencia de los pueblos de Europa".

"Este oscuro personaje", escribe Honsik, "proclamó que Europa sería dominada por una 'raza aristocrática judía'. Con tal fin, los europeos debían 'ser cruzados' con negros y asiáticos como si de animales se tratara".

"De este 'cruce'", se lee en el panfleto, "Coudenhove-Kalergi esperaba la consecución de una clase humana inferior fácilmente gobernable y sin carácter".

El objetivo final de Kalergi, según Honsik, sería el "genocidio" programado de los pueblos europeos a través de la inmigración masiva.

El hecho de que Kalergi fuera masón y que recibiera fondos de la familia Rothschild, una rica familia judía, evidencia a los ojos de los teóricos de la conspiración que el plan es real.

"Desde la Revolución francesa hasta el 11-S, la historia de los complots tiene más de 200 años y un patrón narrativo muy claro", explica Mauro Moretti, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad para Extranjeros de Siena, en Italia, y experto de relaciones internacionales.

"Lo del 'plan de Kalergi' es un ejemplo más. Hay otros que en pasado funcionaron muy bien, como 'Los protocolos de los sabios de Sion', que tuvo consecuencias terribles", sigue Moretti, que hace referencia al panfleto antisemita usado por la propaganda nazi para justificar la persecución de los judíos.

"(Matteo) Salvini es suficientemente cínico como para usar sin prejuicios estas narraciones. Su objetivo es dramatizar un presunto peligro para crear una reacción, que en su caso es crear un estado de ánimo hostil y aplicar una restricción a las leyes migratorias".

¿Qué dijo realmente Kalergi?

En sus libros, publicados cuando aún estaba vivo el recuerdo de las atrocidades de la Primera Guerra Mundial, Kalergi abogaba por suavizar las diferencias entre los pueblos europeos.

A nivel político, su sueño era construir una Europa confederada en Estados y luego "integrarla en una organización mundial políticamente unificada".

En ningún momento menciona un "plan" para el genocidio de los blancos europeos ni habla de las migraciones extraeuropeas, que, en ese momento, no existían sino en pequeña escala.

A principios del siglo XX, de hecho, eran muchos más los europeos que emigraban dentro del continente o hacia los países americanos, desde Estados Unidos hasta Argentina.

"La mayoría de los flujos migratorios actuales se mueven de sur a sur y no de sur a norte, como comúnmente se piensa", afirma Elena Sánchez Montijano, investigadora sénior sobre migraciones del Centro de Estudios Internacionales de Barcelona (Cidob).

"En general, el fenómeno migratorio deriva de la globalización. Cada vez más tendremos una sociedad de diferentes colores, religiones e identidad y esto no se puede negar o combatir", asevera Sánchez Montijano. "Puede gustar más o menos, pero las migraciones van a seguir y habrá que gestionarlas".

"Además, plantear que los judíos o los masones estarían cruzando las razas para crear un ser inferior que se pueda manipular, para que la elite 'pura' pueda gobernar el mundo es científicamente absurdo", añade Sánchez Montijano. "No hay razas inferiores o superiores puesto que las razas no existen".

Difusión de la conspiración de Kalergi

A pesar de ser infundada, la tesis de Honsik empezó a difundirse pronto, primero en los círculos de la ultraderecha y, más recientemente, entre los integrantes de los partidos europeos nacionalistas y xenófobos con representación institucional.

Algunos de ellos, como la Liga Norte en Italia, Reagrupación Nacional en Francia (antes Frente Nacional), el UKIP del Reino Unido o el partido del primer ministro húngaro, Viktor Orban, proponen políticas migratorias muy restrictivas y lanzan feroces críticas a las instituciones de la Unión Europea, sobre todo durante las campañas electorales.

En este sentido, el análisis de las búsquedas en Google de la palabra 'Kalergi' en los últimos 5 años arroja ciertos detalles interesantes.

En Italia, por ejemplo, hubo un incremento notable de la búsqueda de esta palabra durante la última campaña electoral, en febrero del 2018, cuando el tema de la inmigración monopolizó casi por entero el debate político.

Sucedió lo mismo en verano (boreal) de este mismo año, cuando ministro del Interior italiano, Salvini, se negó a dejar atracar en sus puertos al Aquarius, un barco con 629 inmigrantes a la deriva en el Mediterráneo.

Del mismo modo, las búsquedas de "Kalergi" se dispararon en el Reino Unido en los días anteriores al referéndum sobre la permanencia del país en la Unión Europea -en el que ganó el Brexit- o en Francia durante la campaña electoral de las elecciones presidenciales de 2017, en las que Marine Le Pen fue la primera en anunciar su candidatura.

En España, donde hasta ahora la extrema derecha no consiguió un lugar prominente en los órganos representativos, últimamente aumentaron las búsquedas de páginas ligadas de algún modo al plan de Kalergi.

Según los datos aportados por Google, este aumento tuvo lugar poco después de la investidura del actual presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, y durante la crisis del barco Aquarius, que finalmente atracó en España.

Los objetivos políticos

Según Nadia Urbinati, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Columbia en Nueva York, la difusión del "plan de Kalergi" tiene un objetivo eminentemente propagandístico.

Tanto en Europa como en Estados Unidos, afirma Urbinati -que desde hace años estudia los populismos y los movimientos de extrema derecha- ,"hay una lucha entre dos concepciones del mundo y de la sociedad completamente opuestas: una abierta y universalista, la otra cerrada y nacionalista".

La primera, representada por líderes políticos como Salvini, Le Pen o Trump, "es consciente de sí misma, muy agresiva y con una visión de conquista".

"Ellos saben", explica la estudiosa, "que cerrar las fronteras es absurdo e imposible. Pero les interesa generar animosidad de tipo ideológico para crear un clima de guerra permanente".

En este sentido, "las falsificaciones históricas como la del plan de Kalergi sirven para formar una amplia opinión pública a su favor".

"Por el contrario, la otra visión del mundo", la del modelo liberal de las democracias e instituciones europeas, "se caracteriza por el cansancio de décadas de gobierno y que no se da cuenta de su propia debilidad".

Los recientes encuentros entre Steve Bannon -el ex asesor de Trump cercano a los grupos de ultraderecha- y los líderes de las formaciones xenófobas europeas de cara a las próximas elecciones continentales hacen pensar que en los próximos meses podrá haber otras campañas mediáticas con el mismo objetivo de la del "plan de Kalergi".

"Su idea de fondo es que Europa tiene que ser cristiana y blanca", concluye Urbinati. "De ganar la batalla esta visión, me temo que estaría en peligro el mismo proyecto político de la Unión Europea".

¿Estaríamos entonces en un clima parecido al de los años '30 del siglo XX?

"Creo que no", contesta el profesor Moretti, "pero si el partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) -que acaba de entrar por primera vez en el Parlamento regional de Baviera, uno de los estados más ricos de Alemania- sigue cosechando éxitos, entonces sí que las cosas podrían volverse difíciles".

Porque, concluye Moretti, como siempre pasó en la historia europea de los últimos 200 años, no hay duda de que el destino de Europa se decide en Alemania.

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