La polio solía ser la enfermedad infantil más temida. Puede atacar al sistema nervioso y, en pocas horas, dejar a alguien paralizado.
Si llega a paralizar los músculos del pecho, la persona no puede respirar.
El pulmón de acero, una máquina en forma de sarcófago que usa fuelles para mantener al paciente respirando, fue en su época una máquina muy común en los pabellones hospitalarios dedicados a la polio.
Todo esto suena a una época lejana y olvidada. Y por una buena razón.
La enfermedad fue casi borrada de la faz de la tierra.
El último paciente con poliomielitis natural en el Reino Unido se dio en 1984.
Por ello no es de extrañar la noticia que ha prendido las alarmas en estos días, donde la polio se le diagnosticó a un joven en Estados Unidos y, en Londres, un millón de niños están siendo inmunizados con urgencia.
Desde su desarollo, a principios de la década de los 50, las vacunas han transformado por completo la poliomielitis.
Sin este avance, unos 20 millones de personas que hoy caminan habrían quedado paralizadas, estima la Organización Mundial de la Salud.
Esta enfermedad pasó de ser un problema global en la década de 1980 a estar localizada en solo un par de países. Y esto incluye el destacado triunfo de África, que se declaró libre de polio en 2020.
Pero aunque Afganistán y Pakistán son los únicos dos países donde la polio sigue circulando, esta enfermedad endémica sigue siendo una amenaza para el resto del mundo.
En primer lugar porque estos países pueden sembrar brotes en otros lugares.
El primer caso de polio salvaje en África durante más de cinco años se notificó en una niña de 3 años en Malawi. Era la misma cepa encontrada en Pakistán, aunque nadie está seguro de cómo se propagó. En febrero, Malawi tuvo que declarar un brote de polio salvaje.
En segundo lugar, la vacuna utlizada tanto en países donde la polio es endémica como en aquellos que enfrentan un brote puede por sí misma crear un problema.
Y esto es lo que está afectando al Reino Unido y a otros países.
La vacuna más potente contra la polio es una que se usa en forma de gotas orales y posee una forma debilitada, pero viva, del poliovirus.
Es barata, fácil de administrar y conlleva una excelente inmunidad, así que la hace ideal para responder a los posibles brotes.
Sin embargo, uno de sus efectos es que provoca infección estomacal, por lo que se encuentra en las heces humanas y puede así propagarse a otros.
En un primer nivel puede ser algo ventajoso, porque indirectamente se inmuniza a otros.
Pero si pasa de persona a persona, puede mutar hasta causar parálisis. Esto es lo que se conoce como poliovirus derivado de la vacuna.
En las alcantarillas londinenses
La vacuna oral ha tenido un gran éxito, pero esta capacidad de mutar a su forma más peligrosa es la razón por la que muchos países pretenden cambiarla por una inyección de virus muerto.
La vacuna oral ha tenido un gran éxito, pero esta capacidad de volver a su forma más peligrosa es la razón por la cual los países intentan cambiar a una inyección de virus muerto una vez que estén libres de polio.
El Reino Unido ha utilizado inyecciones desde 2004.
En este momento, en las alcantarillas de Londres está apareciendo el virus, en concreto, el que proviene del uso de la vacuna oral en otras partes del mundo.
En algunas de las muestras recogidas aparecen signos de recuperación de esa capacidad de mutar y causar parálisis. Y el ánalisis genérico sugiere que el virus se ha estado propagando.
Esto, a su vez, está directamente relacionado con las muestras encontradas en las aguas residuales de Estados Unidos e Israel.
Tasas bajas
Para aquellas personas que están completamente vacunadas, los riesgos son insignificantes.
Pero, para los no vacunados, el riesgo de parálisis varía entre uno de cada 100 o uno de cada 1.000, dependiendo de la edad.
En general, Reino Unido tiene altas tasas de vacunación, pero hay focos donde muy pocos han recibido la vacuna.
En toda la capital, el 15 % de la población no ha recibido las tres dosis de vacuna durante su primer año de vida. En algunos municipios, esto se eleva a casi el 40 %. Y estas bajas tasas son una posible explicación de por qué se está propagando el virus.
Esfuerzos dañiños
Lo polio se siente como una enfermedad del pasado, pero el virus que se ha encontrado en Londres y el caso de parálisis en EE.UU. son una llamada de atención especialmente fuerte para cada uno de nosotros y para nuestros gobiernos para que no seamos complacientes con la polio.
El progreso que hemos conseguido se puede deshacer.
Los avances científicos deberían marcar la diferencia: una nueva versión más estable de la vacuna oral tiene menos probabilidades de volver a causar parálisis, por ejemplo.
Pero, en última instancia, la polio debe abordarse en los dos países que aún son endémicos. De lo contrario, la amenaza de brotes siempre estará presente.
Y este es un desafío que no solo se trata de ciencia o dinero, sino que también afecta a la política y a la sociedad.
Estados Unidos fue criticado por los efectos perjuciales para la batalla contra la polio cuando usó un programa de vacunas falso como señuelo para tratar de encontrar al exlíder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
Estamos muy cerca del final de la polio. Pero hemos estado cerca durante ya mucho tiempo.
La enfermedad es una amenaza que ha ido disminuyendo, pero no terminará hasta que no termine en todas partes.