El cadáver del periodista mexicano Luis Enrique Ramírez fue encontrado este jueves junto a una carretera en Culiacán, la capital del estado de Sinaloa en México, un día después de ser reportado como desaparecido.

Los restos de Ramírez, de 59 años, fueron hallados envueltos en plástico negro a las orillas de una carretera de tierra al sur de la ciudad.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Sinaloa, la autopsia determinó que el informador murió por un "traumatismo craneoencefálico a consecuencia de golpes contusos".

Ramírez había sido reportado como desaparecido el pasado miércoles. Varios medios apuntan a que fue secuestrado cerca de su domicilio en la colonia Los Pinos, aunque por el momento se desconocen más detalles sobre los posibles perpetradores o motivos del crimen.

Sara Bruna Quiñónez Estrada, fiscal general del estado, destacó que se trabaja para esclarecer "este lamentable hecho que enluta al gremio periodístico y a la sociedad sinaloense".

El homicidio de Ramírez es el noveno contra la prensa mexicana en 2022, un año particularmente violento contra los trabajadores de la información del país.

Sinaloa es el estado del notorio capo de la droga Joaquín "El Chapo" Guzmán" y una de las regiones más afectadas por la violencia vinculada al narcotráfico.

Un periodista influyente

Medios mexicanos destacan la influencia de Ramírez, cuyas columnas de opinión solían poner bajo escrutinio las acciones de los políticos de la región.

El analista redactaba columnas para el periódico local El Debate y fue el fundador del sitio de noticias Fuentes Fidedignas.

Anteriormente había trabajado para medios de tirada nacional como El Financiero, El Nacional y La Jornada.

En su último artículo antes de morir, Ramírez reportó que un hombre sin identificar le había insultado en un restaurante.

"Fue definitivamente un asesinato", dijo Balbina Flores, representante de la asociación Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Por su parte, el grupo Artículo 19, también defensor de la libertad de prensa, pidió a las autoridades asegurar una "investigación pronta, imparcial y diligente" para esclarecer lo ocurrido.

Año crítico para la prensa

En 2015, Ramírez denunció sentirse en "peligro inminente" de poder ser asesinado, en referencia al homicidio previo de otro colega. Por ello huyó ese mismo año de Sinaloa, al que regresó en 2016.

Este año va camino de convertirse en uno de los más mortales para la prensa en México, lo cual ha provocado repetidos llamados de organizaciones de derechos humanos para que las autoridades pongan fin a la cultura de impunidad que sufre la nación.

Más de 150 periodistas han sido asesinados desde el año 2000. Muy pocos casos han sido resueltos.

Las víctimas suelen ser reporteros locales en estados plagados por la violencia del narco y la corrupción.

Recientemente, Estados Unidos y el Parlamento Europeo instaron a México a asegurar una protección adecuada para periodistas ante la oleada de asesinatos de este año.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha prometido "cero impunidad" por los crímenes, pero también ha acusado a Washington de "interferir" en los asuntos nacionales.

La pasada semana, el gobierno mexicano culpó a narcotraficantes del asesinato en enero de los periodistas Lourdes Maldonado y Margarito Martínez en Tijuana, al noroeste del país.

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