Después de tres años de guerra, Yemen se enfrenta al riesgo de una hambruna devastadora que, según Naciones Unidas, podría ser "la peor en 100 años".
Unos 13 millones de personas podrían sufrir inanición en un país que ya era el más pobre de Medio Oriente antes de comenzar el devastador conflicto.
"Creo que muchos de nosotros pensamos que, entrando en el siglo XXI, era impensable que viéramos una hambruna como la que vimos en Etiopía, como vimos en Bengala, como vimos en partes de la Unión Soviética, era simplemente inaceptable", le dijo a la BBC Lise Grande, coordinadora humanitaria de Naciones Unidas en Yemen.
"Muchos de nosotros confiábamos en que esto no volviera a pasar nunca y, sin embargo, la realidad en Yemen es que es eso precisamente lo que estamos viendo".
El deterioro de la situación es tal que, según Naciones Unidas, ya hay 18 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, 8,5 millones de las cuales se se levantan cada día sin saber de dónde vendrá su próxima comida.
El organismo internacional pide a Arabia Saudita, líder de una coalición internacional en la que participan Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que detenga los ataques aéreos contra los rebeldes hutíes.
"Si no se hace algo para estabilizar la moneda, si no se hace algo para estabilizar la economía, si la guerra continúa, proyectamos que podríamos ver a entre 12 y 13 millones de civiles en riesgo de morir por falta de comida", aseguró Grande.
"En solo unas semanas sabremos decisivamente qué depara el futuro a Yemen".
¿Por qué tanta gente no puede permitirse comprar comida?
La guerra ha provocado graves retrasos en el pago de salarios de profesores y trabajadores públicos, con personas que hace casi dos años que no reciben sus sueldos.
Aquellos que sí reciben sus salarios se enfrentan a unos precios de los alimentos que son un 68% más caros que cuando comenzó la guerra.
En el último año, el coste de los alimentos básicos aumentó un 35%.
Mientras, el rial yemení ha perdido casi el 180% de su valor en tres años, según Naciones Unidas.
Hay también una profunda preocupación por la situación en la ciudad portuaria de Hodeidah, a través de cuyos puertos entre gran parte de la ayuda humanitaria al país y donde los enfrentamientos se han intensificado.
"El 90% de los productos básicos necesarios en el norte de Yemen entran por los puertos de Hodeidah y al norte, en Saleef. Si estos puertos se cierran, aunque sea solo por unos días, el impacto es inmediato y decisivo. El 70% de toda la ayuda humanitaria que entra en Yemen también entra por exactamente esos mismos puertos", explicó Grande.
"Por eso, hemos dicho: 'mantengan los puertos abiertos'. Si se cierran habrá millones de personas que no tendrán lo que necesitan para sobrevivir".
Dentro de Hodeidah hay ahora mismo cientos de miles de personas que están aterrorizadas y que no han podido huir. Son los más vulnerables, los más pobres, según Grande.
Naciones Unidas alerta que, en el peor escenario, la batalla por la ciudad, bajo control hutí desde 2014 y asediada desde junio de este año por fuerzas de Emiratos Árabes Unidos con apoyo aéreo de Arabia Saudita, podría costar hasta 250.000 vidas.
Los niños también están siendo grandes víctimas de la guerra, con 5,2 millones de ellos en riesgo de hambruna, según la organización no gubernamental Save the Children.
"La guerra puede matar a toda una generación de niños yemeníes que se enfrentan a múltiples amenazas, desde bombas al hambre, pasando por enfermedades evitables y cólera", declaró hace poco Helle Thorning-Schmidt, ejecutiva jefe de Save the Children.
¿Cómo se inició la guerra?
Hace ya más de tres años que Yemen está atrapado en una guerra civil en la que fallecieron casi 10.000 personas y más de 50.000 resultaron heridas.
El conflicto tiene sus raíces en la Primavera Árabe de 2011, cuando un levantamiento forzó al presidente autoritario del país, Ali Abdullah Saleh, a dejar el poder en manos de su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi.
Se suponía que la transición política llevaría la estabilidad a Yemen, pero el presidente Hadi enfrentó diferentes problemas, entre ellos los ataques por parte de combatientes, la corrupción, la inseguridad alimentaria y el hecho de que muchos oficiales militares seguían siendo leales a Saleh.
El movimiento hutí, que defiende a la minoría chiita zaidí de Yemen y luchó en varias rebeliones contra Saleh en la década precedente, se aprovechó de la debilidad del nuevo presidente para tomar el control de la norteña provincia de Saada y zonas cercanas.
Desilusionados por la transición, muchos yemeníes, sunitas incluidos, apoyaron a los hutíes, y a finales de 2014 y principios de 2015 los rebeldes tomaron Saná, la capital, forzando a Hadi a irse al exilio.
Qué bandos se enfrentan en el conflicto
El conflicto escaló dramáticamente en marzo de 2015, cuando Arabia Saudita y otros ocho países árabes, mayoritariamente sunitas y apoyados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, lanzaron ataques aéreos contra los hutíes, con el objetivo declarado de restaurar el gobierno de Hadi.
La coalición temía que el éxito de los hutíes diera a su rival regional y país mayoritariamente chiita, Irán, un punto de apoyo en Yemen, vecino por el sur de Arabia Saudita.
Arabia Saudita dice que Irán está apoyando a los hutíes con armas y soporte logístico, una acusación que Irán niega.
Ambos bandos se han visto asediados por las luchas internas. Los hutíes rompieron con Saleh y combatientes suyos lo mataron en diciembre de 2017.
Cuál es el coste humano
La situación en Yemen es, según Naciones Unidas, el peor desastre humanitario causado por el hombre.
El año pasado un brote de cólera afectó a un millón de personas, de las cuales más de 2.000 murieron, muchas de ellas niños.
Fue la epidemia más grande y más rápida jamás registrada, y su rápida extensión fue causada por la destrucción, durante la guerra, de los sistemas de alcantarillado y saneamiento.
La gran mayoría de los heridos y gran parte de las víctimas son civiles golpeados por los ataques aéreos de la coalición liderada por Arabia Saudita.
Según el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, los civiles han sido víctimas de "violaciones continuadas de la ley internacional humanitaria".
Además, un grupo de expertos del organismo internacional denunció que las partes en el conflicto armado han perpetrado crímenes bajo las leyes internacionales y continúan haciéndolo.
En su informe, los expertos aseguran que los ataques aéreos de la coalición cayeron contra zonas residenciales, mercados, funerales, bodas y lugares de detención, así como barcos con civiles e instalaciones médicas.
También afirman que cuentan con "fundamentos razonables para creer que individuos en el gobierno de Yemen y la coalición pueden haber llevado a cabo ataques en violación de los principios de distinción, proporcionalidad y precaución que pueden ser crímenes de guerra".
"Hay pocas evidencias de que haya habido un intento por parte de las partes en el conflicto para minimizar las víctimas civiles", declaró Kamel Jendoubi, presidente del grupo de expertos.
¿Por qué esto debería importar al resto del mundo?
A pesar de la gravedad de la situación humanitaria, el conflicto en Yemen ha sido calificado de "guerra olvidada" por la escasa atención que recibe del resto del mundo.
Sin embargo, lo que allí sucede puede exacerbar mucho las tensiones regionales. Además, los países occidentales temen la amenaza que suponen los ataques que pueden surgir desde este país a medida que se vuelve más inestable.
Las agencias de inteligencia occidentales consideran que Al-Qaeda en la Península arábiga es la rama más peligrosa de al-Qaeda por su pericia técnica y alcance mundial, y por eso hay preocupación por el surgimiento de afiliados de Estado Islámico en Yemen.
Estratégicamente, Yemen es importante por su situación en el estrecho de Bab al-Mandab, que vincula el Mar Rojo con el Golfo de Adén, a través del que pasan gran parte de los barcos petroleros del mundo.