Un potente sismo de 7,3 grados en la escala de Richter sacudió la zona montañosa entre Irán y la región semiautónoma kurda en Irak y dejó más de 320 muertos.

El sismo se sintió tan lejos como en Líbano, Israel y Turquía.

La agencia estatal de noticias iraní Irinn citó a un funcionario del servicio de emergencias diciendo que había casi 4.000 heridos tan sólo en Irán.

La mayoría de las víctimas se registraron en la localidad de Sarpol-e Zahab, a unos 15 kilómetros de la frontera, según el jefe de los servicios de emergencia, Pir Hossein Koolivand.

Allí, los socorristas realizan operaciones de búsqueda y rescate desde la madrugada del lunes.

Residentes en Sarpol-e Zaha se vieron forzados a abandonar sus hogares por la destrucción de los edificio y esperar a la intemperie, arropados en mantas y calentándose en fogatas.

El sismo provocó deslizamientos en la zona montañosa de la frontera entre Irak e Irán, lo que ha obstaculizado los esfuerzos de rescate, según las autoridades.

El personal de emergencia trabajó durante la noche tratando de rescatar a las víctimas atrapadas entre los escombros.

Se informó que el hospital principal en Sarpol-e-Zahab está completamente destruido.

Ha habido cortes de electricidad en la región occidental de Irán, que es una de las más pobres del país.

También hay reportes de daños severos en el hospital del lado iraquí, en la región semiautónoma kurda.

Al llegar la mañana, se pudo ver mejor la magnitud del desastre en Irak, donde edificios fueron arrasados como este en Darbandikhan, Sulaimaniya.

Las autoridades iraquíes informaron de siete muertos.

Sin embargo, en Irán las estimaciones hablan de 320 fallecidos y miles de heridos. Muchas más personas podrían estar atrapadas bajo los escombros y se teme que el número de víctimas fatales podría aumentar.

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