Desde que leyó las noticias en la mañana de este viernes, Pedro Luis G. comenzó a llamar a la embajada de Estados Unidos en Cuba en busca de alguna certeza.
"Aquí se empezó a correr la bola desde por la mañana de que ya no iban a dar más visas. Pero en la página de la embajada todavía no han publicado ninguna información y llamo y no me dan respuesta. No sabemos si los que tenemos cita podremos pedir la visa o si esto será para los que todavía no tienen cita", comenta a BBC Mundo.
Pedro Luis G. planeaba presentarse junto a su esposa en la embajada de Estados Unidos en La Habana el 15 de octubre próximo para pedir una visa, por tercera vez en tres años.
"Esta cita me la sacó mi familia hace como un año, a los meses de que me negaran la anterior. Todos hemos estado esperando a ver si esta vez teníamos suerte y ahora mira esto", se lamenta.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció este viernes que suspendió la emisión de visas en su embajada en La Habana de "forma indefinida", tras supuestos "ataques" contra sus diplomáticos que lo obligaron a ordenar la salida de Cuba de más de la mitad del personal de la sede.
Según el Departamento de Estado, dicha reducción le haría imposible procesar los permisos de viaje en la isla, el país con el récord de mayor número de visas estadounidenses rechazadas en el mundo.
El gobierno cubano, que ha negado de forma sistemática su responsabilidad en estos hechos, calificó la decisión de Estados Unidos de "precipitada" y consideró que puede afectar las relaciones entre los dos países y las áreas de colaboración mutua.
Incertidumbre
Pero Pedro Luis G. no es el único.
Cientos de cubanos que tenían cita o pensaban pedirla en los próximos meses no saben en qué situación quedarán.
M. Gómez, una comunicadora de 30 años, cuenta a BBC Mundo que pensaba solicitar la visa para finales de noviembre.
Ella, a diferencia de muchos, no pensaba visitar familiares en Estados Unidos o emigrar.
Su plan era visitar el país y pasar sus vacaciones de año nuevo allí, una tendencia creciente entre jóvenes cubanos que trabajan para empresas extranjeras o cuentan con los recursos para viajar después de la incipiente apertura iniciada por Raúl Castro hace unos años.
"Yo quería ir de vacaciones, porque es más barato ir a Estados Unidos que a Varadero (la emblemática playa de Cuba). Gastas menos y disfrutas más. Ahora no voy a poder, pero lo que más me preocupa es que si quitan las visas y no dejan a los americanos (sic) venir, esto se va a poner peor de lo que está", afirma.
Nuevas relaciones
La sensación de un impacto negativo de estas medidas es compartida por varios cubanos entrevistados por BBC Mundo.
La apertura de las embajadas en ambos países en 2015 y, luego, la visita del entonces presidente Barack Obama, fue para muchos una luz al final del túnel de la diezmada economía nacional.
El economista cubano Pavel Vidal, profesor de la Universidad Javeriana de Cali, explica a BBC Mundo que la reanudación de las relaciones diplomáticas tuvo un impacto económico visible en dos sentido: el aumento de la inversión extranjera directa y un renovado despegue del sector turístico.
"El restablecimiento de relaciones con Estados Unidos redujo para las empresas extranjeras el riesgo de tener relaciones comerciales e inversiones en la isla y potenció las expectativas de un mayor rendimiento futuro de los vínculos con Cuba dada la posibilidad de que se levantara el embargo", asegura.
Al mismo tiempo, explica, creció el flujo de turistas desde el país vecino y desde el resto del mundo, lo que convirtió al turismo en el sector de mayor dinamismo y perspectivas, unido a la propia inversión extranjera y al emergente sector privado.
La llegada a la presidencia de Donald Trump este año y el anuncio de nuevas sanciones contra el gobierno de Raúl Castro en mayo pasado marcaron un regreso a la retórica de confrontación entre los dos países, aunque, en la concreta, no tuvieron un impacto real sobre la economía cubana.
Hasta ahora.
Para Vidal, quien fue por años investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, la eventual reducción de los viajes de estadounidenses y que se tensen las relaciones entre los gobiernos no es nada favorables al objetivo de incrementar los flujos de inversión extranjera y sacar la economía de la recesión.
"A una economía que todavía sigue golpeada por la crisis venezolana, donde las reformas estructurales han perdido ímpetu y que tiene que pagar los costos del huracán Irma, para nada le conviene los retrocesos con Estados Unidos", afirma.
Impactos concretos
Para el economista cubano Ricardo Torres, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana, aunque es muy pronto para pronosticar el alcance de estas medidas, vaticina que no serán "nada favorables" para la población de la isla.
"Si no se emiten visas para los cubanos desde acá, el flujo de cubanos a Estados Unidos visitando familiares o amigos, se puede reducir de forma importante y generalmente esas personas cuando viajan regresan con productos y con dinero que inyectan luego a la economía", explica Torres.
El académico opina que esto también podría tener un impacto en la remesas y en la venta de productos de primera necesidad en la isla, ya que muchas de las personas que viajan a Estados Unidos son utilizados como medio para traer productos o dinero a familias, amigos e incluso, a desconocidos que pagaban por eso.
"El impacto mayor estará en la disponibilidad de algunos bienes que se traen de ese país y también recursos que las familias utilizan para su supervivencia", asegura.
Pero las medidas anunciadas este viernes no solo afectarán las visitas de cubanos a Estados Unidos y la entrada de productos, bienes y remesas a la isla.
El creciente mercado de los visitantes estadounidenses también está en vilo.
"Esa alerta de viaje seguramente tendrá algún impacto en algunos estadounidenses que tenían un plan para venir a Cuba. Evidentemente, hay muchos estadounidenses que siguen fielmente las recomendaciones del Departamento de Estado y esto podría tener una afectación que sería difícil de estimar ahora en los viajes a la isla", agrega Torres.
No obstante, afirma que no considera que la medida vaya a detener el flujo de visitantes de Estados Unidos hacia Cuba.
Adrián Rodríguez Ferrán, un agente que coordina viajes a Cuba desde Miami coincide en opinar que el impacto de esta recomendación sobre el turismo no será probablemente significativo, pero podría incidir de forma negativa.
"No es la primera vez que Estados Unidos emite alertas de viaje a Cuba. De hecho, ya los ciudadanos estadounidenses tienen bien complicado viajar a la isla. Y eso ha actuado muchas veces hasta como motivación para que viajen", comenta a BBC Mundo.
Sin embargo, advierte que esta regulación, al limitar la funcionalidad de la embajada, podría tener un impacto más visible.
"Uno de los factores a tener en cuenta es cómo funcionará la asistencia consular en la embajada, que es algo que le preocupa a muchos estadounidenses: saber que cuando viajan tendrán el respaldo consular", opina.
Según el Departamento de Estado, aunque la embajada seguirá funcionando con "personal de emergencia", el retiro de funcionarios, diplomáticos y otros trabajadores provocará que tengan "limitaciones para asistir a sus ciudadanos".
El año pasado más de 613.000 personas viajaron de Estados Unidos a Cuba, según cifras oficiales, muchos de las cuales se hospedaron en casas u hostales particulares.
Solo a través de Airbnb, las ganancias de cubanos que alquilan habitaciones o casas superaron en los últimos dos años los US$40 millones, de acuerdo con cifras publicadas por la compañía. Fueron alrededor de 560.000 huéspedes, en más de 22.000 alojamientos.
De ahí que Vidal asegura que uno de los mayores perdedores puede ser también el incipiente sector privado, que ya estaba amenazado por el congelamiento de las reformas anunciadas por el gobierno.
"El sector privado se había sostenido creciendo a pesar del complicado contexto macroeconómico. Pero, menos turistas americanos y menos intercambios con Estados Unidos por la suspensión de visas, podría ser el factor que faltaba para que se produzca la primera contracción del sector privado desde que comenzara su liberalización con la reforma de Raúl Castro. Ojalá sea algo temporal y se encuentre una solución diplomática pronto," asegura.