La llamada que llevó a resolver un caso que tenía 42 años en el misterio ocurrió el pasado 15 de septiembre.
Desde agosto de 1975, los investigadores en el estado de Nueva York habían estado buscando a una mujer llamada Flora Stevens, quien fue reportada como desaparecida en la localidad de Monticello.
Su esposo la había dejado en el consultorio de un médico, pero cuando fue a recogerla no la encontró y nunca más supo de ella.
Durante décadas, los investigadores realizaron varios intentos por encontrar alguna pista de su paradero sin ningún resultado.
Pero el mes pasado, el detective Yan Salomon, de la Policía Estatal de Nueva York, contactó a la Oficina del Alguacil del Condado Sullivan con la esperanza de identificar un cadáver de 1975 que acaban de encontrar.
Luego de revisar varios reportes de personas desaparecidas, Salomon encontró que las características del cadáver podrían coincidir con las de Stevens.
El detective Rich Morgan, del Condado Sullivan, estaba a cargo del caso de Stevens, así que buscó en las bases de datos federales y estatales a algún familiar de la mujer desaparecida en un intento por hacer una prueba de ADN.
No encontró a nadie, pero esa búsqueda de un familiar fue la solución del misterio.
¿Qué pasó en 42 años?
Hasta sus 36 años, Stevens era una empleada en un hotel de Monticello, localidad ubicada a unos 110 kilómetros de la ciudad de Nueva York.
Luego desapareció sin dejar ningún rastro.
En la búsqueda de un familiar para hacer la prueba de ADN, el detective Morgan se encontró que alguien estaba usando el número de seguro social de Stevens en el estado de Massachusetts.
Así que el pasado martes, los investigadores acudieron hasta el hogar para ancianos en Lowell, localizado a 37 kilómetros de Boston.
Ahí se encontraron con que Flora Stevens era conocida como Flora Harris.
Los detectives le mostraron una foto de una identificación del hotel Concord en el que la mujer había estado trabajando en el tiempo en el que desapareció.
"Ella dijo 'yo'", según el detective Morgan.
La mujer respondió solo con esa palabra, "yo", pues padece un avanzado estado de demencia.
Luego de confirmar su identidad, las autoridades se dieron cuenta de que nunca podrán saber qué pasó en estos 42 años: "Debido a su enfermedad, es un misterio saber cómo y por qué desapareció", dijeron los investigadores.
Pero celebraron que finalmente la hayan encontrado.
"No es común que resolvamos el caso de una persona de 42 años", dijo el alguacil del condado Sullivan, Mike Schiff, en un comunicado.
Los registros médicos muestran que Stevens vivió en centros de cuidado de Nueva Hampshire y Nueva York antes de llegar a Lowell en 2001.
No tiene familiares vivos y su antiguo esposo murió en 1985.
"Lo principal es que sabemos que Flora está bien", dijo el alguacil Schiff.