Casi todos sabemos qué tipo de cosas pueden reducir nuestro impacto sobre el clima.
Estas incluyen reducir los viajes en avión, idealmente cambiar a automóviles eléctricos y seguir una dieta más basada en plantas.
Pero hay algunas cosas que quizás no sepas que contribuyen al cambio climático.
Aquí hay cinco que son inusuales.
1. Arroz
Más de la mitad de la población mundial come arroz como alimento básico, según Naciones Unidas.
Pero es un cultivo problemático para cosechar.
Se requieren grandes cantidades de agua para mantener irrigados los arrozales del mundo y esto conduce a microorganismos en el suelo húmedo que producen metano, un gas de efecto invernadero que es significativamente más potente que el dióxido de carbono.
El cultivo de arroz representa del 1 al 2% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre.
Y la deforestación de tala y quema necesaria para dar paso a nuevos arrozales también contribuye a la liberación de dióxido de carbono en la atmósfera.
Los investigadores están trabajando en todo el mundo para desarrollar variedades de arroz con mayores rendimientos de producción y que no requieran inundación de arrozales para crecer, con la esperanza de reducir el impacto que tiene en el calentamiento global el cultivo de arroz.
2. Búsquedas en internet
Una simple búsqueda en internet genera la emisión de unos pocos gramos de dióxido de carbono, debido a la energía requerida para hacer funcionar tus dispositivos y alimentar tu red inalámbrica.
Puede parecer pequeño, pero las últimas cifras estiman que hay 4.660 millones de usuarios de internet en todo el mundo, por lo que pronto los números se acumulan.
El mundo transmite alrededor de mil millones de horas de videos de YouTube todos los días.
Y aunque Google, que administra la plataforma de transmisión de video, está haciendo su parte al alimentar sus servidores con energía renovable, la generación de emisiones de carbono recae sobre los usuarios que ven estos videos.
Un estudio de la Universidad de Bristol en Reino Unido descubrió que en 2016 las personas que veían YouTube generaron aproximadamente 11,13 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono, similar a la cantidad de gases de efecto invernadero producidos por una ciudad del tamaño de Glasgow (donde se está celebrando la cumbre COP26).
3. Embalses
Cuando la tierra se inunda para crear embalses, las plantas y cualquier otra materia orgánica que haya sido sumergida comienzan a pudrirse y producir metano, similar a lo que sucede en los arrozales.
Investigadores de la Universidad Estatal de Washington en Vancouver encontraron que, a nivel mundial, los embalses son responsables de alrededor del 1.3% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por el hombre cada año, aproximadamente lo mismo que las emisiones totales de Canadá.
Sin embargo, muchos embalses también sirven como fuentes de represas hidroeléctricas.
Se trata de fuentes importantes de electricidad renovable con bajas emisiones de carbono que pueden utilizarse en lugar de combustibles fósiles y, por lo tanto, pueden compensar las emisiones de metano producidas por los propios embalses.
4. Queso
Quizás te sorprenda saber que el queso es el tercer mayor productor de emisiones de carbono en la industria de la carne y los lácteos, detrás de la carne de res y de cordero.
El queso genera 13,5 kg de emisiones equivalentes de dióxido de carbono, por cada kilogramo ingerido, lo que lo coloca más arriba en la lista de los infractores del cambio climático que el pollo, el cerdo, el pavo o el salmón.
Se utilizan alrededor de 10 litros de leche para producir un kilogramo de queso debido al proceso de maduración, aunque los quesos más blandos contienen menos leche, por lo que tienen un menor efecto sobre el medio ambiente.
El sector lácteo mundial produce alrededor del 4% de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre, de las cuales las vacas y otros animales productores de leche son en parte responsables, ya que emiten grandes cantidades de metano que, como sabemos, causa más daño a la atmósfera que el dióxido de carbono.
5. La superpoblación
La investigación ha demostrado que cuando las mujeres y las niñas van a la escuela y tienen igualdad de oportunidades, esto mejora las estrategias climáticas de varias maneras.
Una mujer que ha completado la escuela secundaria probablemente tendrá un hijo menos a lo largo de su vida que una mujer que solo haya completado la escuela primaria.
Esta tasa de natalidad decreciente tiene un impacto positivo en el planeta al desacelerar el crecimiento de la población y así reducir la cantidad de personas que podrían generar emisiones de carbono.
La educación también empodera a mujeres y niñas para que se conviertan en líderes climáticas.
Los estudios han demostrado que los países con un mayor número de mujeres en el parlamento tienen más probabilidades de ratificar los tratados ambientales internacionales, crear áreas de tierra protegidas y tener políticas de cambio climático más estrictas.
La profesora Kimberley Nicholas, científica de la sostenibilidad, dice: "La educación y el empoderamiento de las mujeres en la sociedad son importantes para el planeta, pero las mujeres y las niñas no solo deberían tener esta oportunidad por el cambio climático, sino porque es un mundo en el que queremos vivir".