En la Marina de Estados Unidos hay una prueba que es conocida como la "semana del infierno".
Durante cinco días y medio, aquellos que aspiran a ser parte del cuerpo de marinos de élite SEAL tienen que pasar por una de las pruebas de resistencia más duras que haya en los manuales militares de Estados Unidos.
Se considera que este desafío es el que realmente define si una persona puede convertirse o no en SEAL, un grupo de militares dedicado a las tareas de la más alta peligrosidad, como la operación de captura de Osama bin Laden en 2011.
La "semana del infierno" es tan intensa, que solo uno de cada cuatro aspirantes la completa, y ha causado preocupación al vinculársele con al menos dos muertes.
Esa preocupación fue reflejada esta semana por los medios estadounidenses que informaron de la muerte de Kyle Mullen, un aspirante de 24 años, quien el pasado 4 de febrero tras ser internado en un hospital de California. El joven había "completado con éxito" el entrenamiento de la "semana del infierno", informó la Marina en un comunicado.
"Hasta el momento se desconoce la causa de su muerte y se está llevando a cabo una investigación", aseguró la institución que reportó que otro candidato más se encontraba hospitalizado.
Ninguno de los dos estaba activamente entrenándose cuando "reportaron los síntomas" por los que fueron atendidos, informó la Marina.
Otros dos aspirantes a SEAL murieron en 2016, uno por ahogamiento -que inicialmente generó una acusación de homicidio contra un instructor- y otro que cometió suicidio luego de retirarse del entrenamiento tras pasar más de 50 horas sin dormir.
Pero ¿cómo es este duro entrenamiento, caracterizado por llevar al límite a sus participantes?
"Eliminar a los débiles"
Técnicamente, la prueba de la "semana del infierno" es lo que se conoce como BUD/S o Entrenamiento Básico de Demolición Submarina SEAL, el cual es definido por la Marina de EE.UU. como "el programa más duro y exigente que existe".
"Su objetivo es eliminar a los débiles y no comprometidos", señalan al explicar que no se trata de un entrenamiento, sino una prueba de resistencia.
Menos del 25%, o uno de cada cuatro candidatos, logra completar las pruebas.
En los 5 días y medio, los candidatos tienen 20 horas de pruebas físicas por jornada y solo cuatro de sueño en toda la prueba, la cual se realiza en las playas de California, donde el frío en invierno puede ser demoledor.
"Comienza con una explosión. Municiones simuladas, disparos, explosiones y bengalas para crear un caos y comenzar la semana con cierta intensidad", dice la Marina en un video en el que da una muestra ("sin revelar secretos") de cómo es.
Los candidatos a SEAL tienen que realizar ejercicios regulares, como correr unos 320 km, nadar y remar por varios kilómetros, hacer cientos de flexiones y abdominales. Todo en el ambiente extenuante de una playa fría.
Pero hay otras pruebas que tienen particular dificultad y que requieren de trabajo en equipo.
En la prueba llamada "log PT", los candidatos a SEAL -mojados, con arena causando fricción en la piel o quemando las heridas ya abiertas- deben cargar un tronco de casi 70 kg durante un periodo prolongado.
Otra prueba, "boat PT", se trata de cargar una pesada lancha inflable con la cabeza entre varios competidores.
Incluso actividades que pareciera que no son muy exigentes son algunas de las más complicadas, como permanecer varias horas quieto en la orilla de la playa, con el permanente golpe en el cuerpo de las fuertes olas de California.
"Los participantes realizan evoluciones que requieren que piensen, lideren, tomen decisiones acertadas y funcionen cuando están extremadamente privados de sueño, cerca de la hipotermia o hasta alucinando", dice la descripción de la prueba.
La prueba se realiza normalmente en enero o febrero, cuando el clima es más frío en las playas de San Diego, California.
¿Por qué no es solo una prueba física?
La Marina señala que un error común de quienes se repararan para la "semana del infierno" es intentar recrear por anticipado las pruebas físicas que se practican en ella, incluida la privación de sueño o la exposición al frío.
La clave es la preparación en todo sentido, incluido el mental.
"Numerosas analogías deportivas ilustran el punto. Un corredor de maratón no entrena corriendo maratones todos los días para 'acostumbrarse' a ellas", explican.
"Los atletas inteligentes se enfocan en acondicionarse y mantenerse saludables para asegurarse de que sus cuerpos tengan la fuerza y la resistencia para absorber el castigo cuando sea necesario", añaden.
En todo el proceso, los instructores siembran dudas entre los aspirantes a SEAL. Los incitan a darse por vencidos, pues esperan que solo los más resistentes alcancen las siguientes fases de selección.
"La semana del infierno reconoce a aquellos candidatos que tienen el compromiso y la dedicación que se requiere de un SEAL. Es la prueba definitiva de la voluntad de un hombre y el trabajo en equipo de la clase", señalan desde el programa.
Pasar la "semana del infierno" no es el fin del proceso de selección.
Los aspirantes aún deben completar la fase dos y tres, así como la prueba de calificación, para convertirse en un miembro de élite de la Marina de Estados Unidos.