5.000 personas, dos reactores nucleares y más de 60 aviones a bordo.
El portaaviones estadounidense Carl Vinson impone a su paso. Y esta vez lo hace en Vietnam, donde está realizando una visita histórica: la primera de un buque estadounidense de este tamaño en un puerto vietnamita desde la guerra que enfrentó a ambos países.
Han pasado más de cuatro décadas y la situación ahora es muy diferente.
De hecho, su parada en Vietnam se considera un paso más del acercamiento entre Hanói y Washington pero también un desafiante mensaje a China, en un momento en que Pekín refuerza su influencia en la región.
La visita del Carl Vinson y de su "grupo de ataque" se produce, además, después de que China anunciara que elevará su gasto en defensa un 8,1 % este año, para continuar con la modernización de su Ejército en plena carrera armamentística de Rusia y Estados Unidos.
El "orgullo" de la Marina
"Un portaaviones de la Marina no sólo lanza aviones: proyecta poder".
Esa es la descripción con la que la fuerza naval estadounidense presenta a sus buques insignia en su página web, un ejemplo de la importancia que tienen este tipo de barcos militares.
Son tan grandes que incluso tienen un código postal propio, y a juzgar por su tamaño, no es de extrañar.
El Carl Vinson es uno de los 10 portaaviones de tipo Nimitz que tiene Estados Unidos, los barcos de guerra más grandes del mundo.
El Carl Vinson navega desde 1983, mide 332,85 metros de largo y la cubierta tiene 76,8 metros de ancho.
Con una capacidad para viajar a una velocidad de 30 nudos, unos 54 kilómetros por hora, puede transportar a 5.000 personas y más de 60 aeronaves.
Cada portaaviones se considera territorio estadounidense, una ciudad flotante con un aeropuerto veinticuatro horas en activo y una población dedicada a proteger los intereses de Estados Unidos.
De ahí la importancia de sus movimientos.
Entre las actividades más destacadas del Carl Vinson se encuentra la ayuda humanitaria que prestó a Haití tras el devastador terremoto de 2010 o el hecho de haber sido donde se vio por última vez a Osama bin Laden: las fuerzas estadounidenses arrojaron al mar el cuerpo de Bin Laden desde este portaaviones en 2011, tras abatirle en Pakistán.
Cortejo a Vietnam
El portaaviones arribó el lunes para una visita de cinco días a Vietnam. Amarró en el puerto de Danang, la ciudad costera donde desembarcaron por primera vez los soldados estadounidenses que iban a participar en la Guerra de Vietnam.
Se trata de un "importante hito para las relaciones bilaterales y demuestra el apoyo de EE.UU. a un Vietnam fuerte, próspero e independiente", destacó el embajador de Washington en el país, Daniel Kritenbrink.
"La llegada del Carl Vinson en Danang es un claro gesto de compromiso por parte de Washington a un país contra el que libró una terrible guerra hace tan sólo dos generaciones", resalta por su parte el corresponsal de la BBC en el Sudeste Asiático Jonathan Head.
La restauración de los lazos entre ambos países se remonta a 1995 y, desde entonces, se ha producido una mejora continuada de la relación a través del comercio, los intercambios culturales, la diplomacia y la cooperación militar, escribe Head.
Es la culminación de un cuidadoso "cortejo".
Y es el ascenso de China el que lo ha impulsado: tanto para los estadounidenses como para los vietnamitas, apunta el periodista desde la ciudad de Danang.
Mensaje "provocador" a China
China es el gran poder de facto en la región e inevitablemente el paso del Carl Vinson por Vietnam envía un mensaje a Pekín, en un momento de tensiones por los conflictos de soberanía en el Mar de China Meridional.
El gobierno chino reclama prácticamente la totalidad de esas aguas, en disputa con otros países vecinos como Vietnam o Filipinas, que reclaman la soberanía de islas en este estratégico paso comercial.
El Carl Vinson, que arribó "escoltado" por un destructor y otro portaaviones, llevará a cabo operaciones denominadas de "libertad de navegación" en aguas disputadas, una actividad que motivó el enfado de China en anteriores ocasiones.
"Manda un mensaje potencialmente provocativo a China, pero sólo de manera simbólica", señala el periodista de la BBC.
Estados Unidos denuncia que Pekín está militarizando la zona, con la construcción de instalaciones e incluso nuevas islas, y ha expresado su preocupación por que el régimen chino las utilice para restringir la libertad de movimientos en estas aguas.
"El Grupo de Ataque estadounidense (...) impresiona, pero no está claro lo que puede hacer para moderar a China", opina el corresponsal.
Incluso con el apoyo que parece mostrarles ahora Vietnam, Estados Unidos debe tener en cuenta el giro que se está produciendo en Asia Pacífico: una nueva balanza de poder en la que Estados Unidos tiene cada vez menos peso, añade.
De hecho, aunque Washington y Hanói estén estrechando sus lazos, para Vietnam China sigue siendo el principal socio comercial, por lo que su gobierno tratará de no enfadar al gigante asiático.