"¿No recuerdas a los oficiales de gala llevando al altar a sus hijas, orgullosas de quien había entrado en la Fuerza Armada?".
La frase, de mujer a mujer, es de Fabiana Rosales y va dirigida a las "madres, esposas es hijas" de militares de Venezuela.
¿Quién es Fabiana Rosales? Para muchos es la primera dama interina de Venezuela, esposa de Juan Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional y quien el miércoles se juramentó como "presidente encargado" del país.
Guaidó contó con el apoyo, entre otros, de Estados Unidos, y desató una crisis política con el presidente Nicolás Maduro.
El mensaje de Rosales en video es una muestra de la nueva estrategia de la oposición en Venezuela, que tras meses de apatía recupera fuerzas presionando a Maduro con una crisis institucional.
Rosales apela a las mujeres de los soldados y oficiales igual que hace su esposo de manera insistente en sus mensajes a todo el colectivo militar, de nuevo clave en la crisis del país.
La Asamblea Nacional (Parlamento) aprobó hace unos días una ley de amnistía que busca dar impunidad a los aquellos miembros del ejército que se sumen a lo que los rivales de Maduro consideran "reconstruir el hilo constitucional".
El plan es remover conciencias y buscar un quiebre en las filas de los uniformados, fieles aliados del chavismo en los ya más de 20 años de la llamada Revolución Bolivariana que lideró de inicio el comandante Hugo Chávez y ahora el civil Maduro.
Esta misma semana, la fuerza armada sofocó un conato de rebelión en una comandancia de la Guardia Nacional en Caracas. Hubo 27 detenidos, según el Ministerio de Defensa.
Nueva era con las FF.AA.
"Ustedes son testigos de cómo en los últimos años sus vidas han sido condicionadas por sueldos que los obligan a rebuscarse de mil maneras y recibir órdenes que contradicen lo que estudiaron en las academias", aseguró Rosales.
Está en línea con su esposo, convertido de manera repentina en nuevo líder de la oposición.
"A toda la Fuerza Armada, nuestro llamado es muy claro: desde este Parlamento te estrechamos las manos y te pedimos que te coloques del lado de la Constitución y del pueblo, tu pueblo", dice Guaidó.
El tono es más suave que en anteriores ocasiones, cuando la apelación de la oposición era a no reprimir protestas y se presentaba a los uniformados directamente como enemigos.
"Guaidó ha inaugurado un nuevo relacionamiento de diálogo con la Fuerza Armada, sin polarizar, invitándolos a integrar soluciones para el país y mirar al futuro", le dice a BBC Mundo Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano, especializada en seguridad y defensa en Venezuela.
"Guaidó es lo más parecido en edad al mayor número de militares que conforman la estructura de la Fuerza Armada. Hay un elemento de identidad interesante", agrega San Miguel, que destaca los modales, léxico y la edad, 35 años, del "presidente encargado".
La experta subraya además el hecho de que el político tenga "ascendencia militar en su abuelo".
La cúpula militar, con Maduro
Sin embargo, no se vislumbra ese quiebre.
La cúpula militar se mantiene firme en su reconocimiento a Maduro y rechaza a Guaidó, pese a que en los últimos meses hubo intentos de rebelión, asalto a cuarteles y robos de armas de uniformados que buscaban deponer a Maduro.
En los últimos meses decenas de militares fueron detenidos por cargos como traición a la patria e instigación a la rebelión
El rebelde más célebre fue quizás el policía Óscar Pérez, que tras meses de fuga, terminó siendo abatido hace un año en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en lo que muchos opositores calificaron como "ejecución extrajudicial".
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, rodeado este jueves de otros oficiales, calificó de "golpe de Estado" la juramentación de Guaidó, al que rechazó en duros términos.
La Fuerza Armada "no aceptará jamás a un presidente impuesto a la sombra de oscuros intereses ni autoproclamado al margen de la ley", dijo al leer un comunicado.
En un país que en 25 años vivió tres intentos de golpe de Estado y que atraviesa una grave crisis económica y política, es normal que muchas miradas estén puestas en el Ejército.
El estamento militar mantene un fuerte vínculo con el gobierno chavista.
Muchos ministros del gabinete son militares o exmilitares y también incluso el presidente de la petrolera estatal PDVSA, joya de la corona y casi la única fuente de entrada de dinero del país.
Y pese a que las fuerzas armadas deben ser apolíticas, según la Constitución venezolana, el ministro de Defensa, Padrino, cierra así sus comunicados: "Chávez vive, la patria sigue. Independencia y patria socialista".
Así fue también este mismo jueves.
¿Presiones dentro del estamento militar?
Además del gabinete y de PDVSA, hay oficiales encargados de la importación y la distribución de alimentos, lo que da pie a hacer buenos negocios.
Esa cercanía al dinero es para muchos la base de la inquebrantable lealtad de la cúpula militar hacia el Ejecutivo en medio de una fuerte crisis económica en el país.
El vínculo entre sociedad y ejército es constante en la historia contemporánea de Venezuela.
Sobre todo desde que Chávez promoviera la recuperación de los derechos políticos de los militares en la Constitución de 1999.
"Ahora con Maduro se ha generado mayor exceso en la dependencia del presidente ante la fuerza armada, porque ha ido perdiendo apoyo político en los civiles. Ha asumido un viraje hacia lo militar en la búsqueda de mantener apoyos", dice el exmilitar Clíver Alcalá, leal a Chávez, al que acompañó en el intento de golpe de febrero de 1992, pero muy crítico con su sucesor, Maduro.
La experta San Miguel, muy crítica con el gobierno, no ve tan claro, sin embargo, una adhesión plena de los uniformados a Maduro.
"Llama la atención que los miembros del alto mando y unidades con poder de fuego se pronunciaron tarde, sin estar en sintonía", afirma sobre las horas siguientes a la juramentación de Guaidó.
Y destaca varias frases de la alocución de Padrino este jueves, como esta: "Agradecemos la voluntad de los gobiernos que están propiciando una salida constitucional. A eso apostamos".
Para San Miguel, son "palabras ambiguas que dejan entrever las enormes presiones que existen a lo interno" de la fuerza armada.
El oficialismo ve en la juramentación de Guaidó un "golpe de Estado", un término que es un fantasma recurrente en la política venezolana.
"No queremos que se rebelen, no queremos que den un golpe de Estado, sino que sean leales a su juramento", dice en su video Rosales, esposa de Guaidó y altavoz también del mensaje de la oposición hacia el Ejército.
Un resultado violento es un escenario indeseado por los militares, afirma San Miguel.
"La fuerza armada aspira a una salida pacífica. Su mayor temor en este momento, el de ser árbitros del enfrentamiento entre venezolanos.