Dos mortíferos accidentes de aviones Boeing 737 MAX estremecieron el mundo de la aviación a finales de 2018 y principios de 2019.
Y ahora una investigación del Congreso de Estados Unidos señala que, en parte, se debieron a la falta de voluntad del fabricante de las aeronaves para compartir sus detalles técnicos.
El informe habla de una "cultura del encubrimiento" en la compañía, pero además afirma que el sistema regulatorio de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) también fue "fundamentalmente defectuoso".
"Boeing falló en su diseño y desarrollo del 737 MAX, y la FAA falló en su supervisión de Boeing y la certificación de la aeronave", concluyó la investigación de 18 meses presentada este miércoles.
Por su parte, la empresa, uno de los mayores proveedores de aeronaves del mundo, indicó que aprendió "muchas duras lecciones" de los accidentes sucedidos en Indonesia y Etiopia que provocaron la muerte de 346 personas.
Tras conocerse el informe, las familias de las víctimas acusan a la empresa y al ente regulador de seguir ocultando información.
Los aviones de modelo Boeing 737 MAX permanecen en tierra desde marzo de 2019 y meses después se suspendió su fabricación.
El reporte
El informe de casi 250 páginas encontró una serie de fallas en el diseño del avión.
También se describe una relación demasiado cercana entre Boeing y el regulador federal que compromete el proceso de obtención de la certificación de seguridad.
"(Los accidentes) fueron la terrible culminación de una serie de presunciones técnicas defectuosas de los ingenieros de Boeing, una falta de transparencia por parte de la gerencia (de la compañía) y una supervisión extremadamente insuficiente por parte de la FAA", indica el documento.
Boeing, por su parte, sostuvo que realizó "cambios fundamentales" en la empresa como resultado de los accidentes.
Y la FAA anunció que trabajará con los legisladores para "implementar las mejoras definidas en el informe".
El controversial sistema MCAS
La investigación detalla que Boeing no compartió información sobre un sistema de seguridad clave llamado MCAS, diseñado para contrarrestar automáticamente una tendencia en el 737 MAX a inclinarse hacia arriba.
Boeing tuvo la culpa de "ocultar la existencia misma del MCAS a los pilotos", señala el reporte.
El MCAS no estaba en los manuales de la tripulación y Boeing buscó convencer a los reguladores de que no exigieran entrenamiento en simuladores para los tripulantes del 737 MAX porque eso significaría costos adicionales.
Este sistema es responsabilizado de ambos accidentes que se produjeron con meses de diferencia, poco después de que el avión entrara en funcionamiento.
Análisis
Tom Burridge, corresponsal de la BBC para transportes
"Reducción de costos que puso en peligro la seguridad del público que volaba", "cultura del encubrimiento" sobre problemas con la aeronave, "preocupantes errores de gestión"?
Son solo algunas partes destacadas de los duros cargos contra Boeing hechos por el Congreso.
Pero el regulador de aviación de EE.UU., la FAA, sale casi igual de mal.
Los congresistas estadounidenses lo declaran responsable de "conflictos de intereses inherentes" y "supervisión extremadamente insuficiente".
Dicen que el regulador estaba, en efecto, en el bolsillo de Boeing y que la administración de la FAA "anuló" a sus propios expertos técnicos y de seguridad "a instancias de la compañía".
Boeing admite que "se cometieron errores" y ahora quiere centrarse en hacer que el 737 MAX vuelva a estar en el aire, diciendo que el "diseño revisado" del avión fue "minuciosamente examinado".
Los reguladores de Europa y Estados Unidos están relativamente cerca de recertificar el 737 MAX. Pero este es uno de los mayores escándalos de seguridad que enfrenta una empresa privada de aviación en los tiempos modernos.
Y hay otras investigaciones pendientes, incluida una demanda gigante de los familiares de los muertos en el segundo accidente en Etiopía.
"Eliminar al 737 MAX"
"La FAA debería detener de inmediato el proceso de recertificación del 737 MAX a la luz de este informe", sostiene Michael Stumo, cuya hija Samya Rose Stumo murió en el accidente de Etiopía en marzo de 2019.
Y agregó que se sigue ocultando información desde la compañía y el ente regulador.
"Tanto Boeing como la FAA se han negado a proporcionar los datos que respalden sus esfuerzos para que esos aviones puedan volver a despegar. El 737 MAX no debería volar hasta que Boeing y la FAA proporcionen esta información para que los expertos independientes y el público puedan confirmar que la aeronave es segura", afirmó el familiar.
Zipporah Kuria, ciudadana británica cuyo padre murió en el mismo accidente, asegura que sería "tremendamente irresponsable" recertificar el modelo.
"Si lo hubiera perdido debido a un sensor defectuoso, podría haber llegado a aceptarlo como un incidente, pero perdí a mi padre por la codicia, la corrupción y la falta de decencia humana. Es por eso que tenemos que eliminar al 737 MAX", sostiene.
Paul Njoroge es de Canadá y su familia entera murió en su intento por llegar a Kenia para visitar a sus abuelos.
El familiar afirma que el documento del Congreso muestra "un claro incumplimiento del deber por parte de Boeing y la FAA en el proceso de diseño y certificación del 737 MAX".
"Por lo tanto, está claro que en Boeing, la seguridad viene después de la reducción de costos, la maximización de ganancias y el incremento del precio de las acciones", agregó.
Añade que el informe indudablemente ha catalogado a la FAA como un regulador "captado" y que, por lo tanto, se convierte en una oficina que promueve a Boeing y a la industria, en lugar de mantener la seguridad del público que vuela.
Pruebas
Reguladores de diferentes partes del mundo ponen a prueba el 737 MAX modificado.
La FAA comenzó los vuelos de prueba en junio, mientras que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA, por sus siglas en inglés) inició su propio programa de pruebas a principios de este mes.
La EASA ha sostenido que la autorización de la FAA no significará automáticamente que el avión se considere en condiciones de volar en Europa.
Mientras Boeing sostiene que tiene confianza en la seguridad del modelo modificado.
"Una vez que la FAA y otros reguladores hayan determinado que el 737 MAX puede regresar al servicio de manera segura, será uno de los aviones más minuciosamente examinados de la historia ", afirmó la compañía.