¿Por qué el gobierno de Nicaragua, Daniel Ortega, quiere comprar un banco sancionado por Estados Unidos debido a su vinculación con la petrolera estatal venezolana PDVSA?

Esa es la pregunta que muchos se hacen este viernes en el país centroamericano, donde la principal noticia es la aprobación en la Asamblea Nacional este jueves de la compra de Bancorp por US$23 millones.

La idea del gobierno de Ortega, según dijeron diputados del Frente Sandinista de Liberación Nacional, es crear un Banco Nacional de carácter público que "fortalezca" el sistema financiero local y haga competencia a los bancos privados, que según el oficialismo causaron la recesión del año pasado como parte de un "golpe de Estado".

La compra, ordenada por Ortega con carácter urgente y aprobada por la mayoría oficialista, se hará a través de la emisión de bonos soberanos a cinco años y con una tasa de interés del 6% anual.

La oposición criticó la compra de Bancorp asegurando que no hay "razón financiera", que "no se hizo una auditoria" y que la transacción no fue monitoreada por la Superintendencia de Bancos.

Sancionado por vínculo con Venezuela

Bancorp fue creado en 2015 como una subsidiaria de Alba de Nicaragua S.A. (Albanisa), una empresa que conjuga las operaciones de la venezolana PDVSA y la estatal Petróleos de Nicaragua.

Por ello, el banco nicaragüense se vio afectado por las sanciones anunciadas en enero por Washington a PDVSA solo cinco días después de que el líder opositor Juan Guaidó se juramentara como "presidente encargado" del país, lo que fue calificado por Maduro como intento de golpe de Estado.

Sin embargo, Bancorp emitió un comunicado en febrero para desvincularse de las compañías afectadas por las sanciones.

"Banco Corporativo S.A. es un banco privado de capital nacional donde no existe participación accionaria de Albanisa, PDVSA o subsidiaria alguna de estas. De igual forma aclaramos que estas empresas no tienen incidencia sobre nuestras operaciones", dijo en el texto.

"La repentina oferta de compra se interpreta más como una estrategia para escapar de esas sanciones, del mismo modo que está ocurriendo con la red de gasolineras propiedad de DNP Petronic, que pasaron a ser de bandera blanca para sacarlas de la mira del ejecutivo estadounidense", publicó el portal nicaragüense Confidencial.

"El Departamento del Tesoro (de EE.UU.) va a ver con lupa esta transacción, y si considera que se trata de una manera de evitar la sanción (...), podría ser el caso de que sancionen directamente a esta nueva entidad recién creada", le dijo a El Nuevo Diario Arturo Cruz Sequeira, exembajador de Nicaragua en EE.UU.

Con una contracción del 4% del Producto Interno Bruto, la economía nicaragüense entró en recesión en 2018, cuando el país se vio sacudido por una ola de protestas en contra del gobierno de Ortega.

Ortega es uno de los pocos aliados que el gobierno chavista mantiene en América Latina, en parte debido a los acuerdos de cooperación comercial firmados durante la última década.


 

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