En medio de la carrera global por una vacuna contra el coronavirus, nueve grandes farmacéuticas se unieron este martes en un "compromiso histórico" para no acelerar las fases de prueba que puedan afectar el resultado de la inmunización contra el covid-19.

Las empresas, incluidas Pfizer y Merck, se comprometieron a "mantener los estándares científicos y éticos" en sus investigaciones y aseguraron que solo solicitarían la aprobación regulatoria de sus vacunas después de que se cumplan las tres fases de estudio clínico requeridos.

El acuerdo tiene lugar en medio de intensos debates sobre la seguridad de las vacunas y luego de que algunos países, incluida Rusia y China, aprobaran el uso de algunas sin haber completado las fases de pruebas establecidas.

En Estados Unidos, el presidente Donald Trump afirmó que desea que alguna esté disponible en su país antes de las elecciones de noviembre.

Sin embargo, ninguna vacuna ha completado aún el periodo de ensayos clínicos, lo que ha llevado a algunos expertos a temer que la carrera por su desarrollo se esté politizando y que la confianza de las personas en el tratamiento pueda verse afectada.

El acuerdo

En el documento, las nueve firmas biofarmacéuticas aseguraron que el acuerdo buscaba asegurar "la confianza pública" en el desarrollo de cualquier vacuna y se comprometieron a "hacer siempre de la seguridad y el bienestar de las personas vacunadas" su "máxima prioridad".

"Juntas, estas nueve empresas han desarrollado colectivamente más de 70 nuevas vacunas que han ayudado a erradicar algunas de las amenazas para la salud pública más complejas y mortales del mundo", agrega el comunicado, también firmado por Johnson & Johnson, BioNTech, GlaxoSmithKline, AstraZeneca, Moderna y Novavax.

Actualmente, se están ensayando casi 180 candidatos a vacunas contra el coronavirus en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De ese total, 18 ya están siendo probadas en seres humanos en ensayos clínicos y de ese número hay tres que están más avanzadas: la vacuna experimental Sinovac Biotech (China), la desarrollada por la compañía Moderna (Estados Unidos) y la llamada ChAdOx1 nCoV-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca.

Qué hay detrás del acuerdo

Los pasos acelerados de varios países para comenzar a distribuir sus vacunas han llevado a algunos académicos a considerar que se podrían estar acelerando las fases como parte de una carrera política.

China y Rusia ya han comenzado a inocular a algunos trabajadores clave con vacunas desarrolladas en el país.

Mientras tanto, el regulador nacional de EE.UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), ha sugerido que las vacunas contra el coronavirus pueden aprobarse antes de completar una tercera fase de ensayos clínicos.

La semana pasada también se supo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos habían instado a los estados a considerar "renunciar a los requisitos" para poder distribuir una vacuna antes del 1 de noviembre, dos días antes de las elecciones presidenciales.

Trump ha asegurado que podría haber una vacuna disponible antes de las elecciones, pero su rival demócrata, Joe Biden, ha expresado su escepticismo de que el mandatario escuche a los científicos e implemente un proceso transparente.

La OMS afirmó recientemente que no espera que se apruebe una vacuna este año debido al tiempo que lleva probarlas de manera segura.

"Esta Fase 3 debe tomar más tiempo porque necesita ver cuán verdaderamente protectora es la vacuna. También necesita ver qué tan segura es", dijo la portavoz de la OMS Margaret Harris.

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