Fue el gran anuncio previo a la Convención Republicana, en la que Trump aceptará oficialmente su nominación para las elecciones del 3 de noviembre.
En la noche del domingo, la Casa Blanca convocó a una conferencia de prensa de última hora para informar que la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. (FDA) había otorgado una autorización de emergencia para la utilización de un nuevo tratamiento contra el coronavirus.
Presentado como revolucionario y novedoso por Trump, se trataba de la terapia con plasma convaleciente, un procedimiento que en realidad se utiliza desde hace casi un siglo y que consiste en utilizar plasma sanguíneo de una persona infectada para generar anticuerpos contra un virus en otra persona enferma.
La autorización fue cuestionada por gran parte de la comunidad médica y académica estadounidense y el director de la FDA, Stephen Hahn, que estuvo con Trump durante el anuncio, tuvo que disculparse este lunes por haber exagerado los beneficios de la terapia.
Hahn promocionó el tratamiento como "salvavidas" y sugirió que podría reducir las muertes en un 35%, una estadística sin basamento científico claro.
Esa afirmación exageraba los datos preliminares de un estudio de la Clínica Mayo.
En una declaración sin precedentes, Hahn reconoció el martes que se había equivocado al utilizar una estadística de forma tendenciosa y afirmó que "todas las críticas eran enteramente justificadas".
"Yo, personalmente, podría haber hecho un mejor trabajo, y debería haber hecho un mejor trabajo en esa conferencia de prensa explicando lo que muestran los datos con respecto al plasma convaleciente", dijo a CBS News el martes.
Varios expertos cuestionaron duramente la forma en la que Hahn presentó los datos en la conferencia y lo señalaron de manipular la información en beneficio del presidente quien, según sus críticos, buscaba una buena noticia sobre el coronavirus antes de la Convención.
"No puedo recordar un error de la FDA o del comisionado tan grave como este", dijo a la emisora NPR el doctor Eric Topol, del Instituto de Investigación Translational Scripps.
¿Qué pasó?
La FDA ya había aprobado el uso de transfusiones de plasma en pacientes con coronavirus bajo ciertas condiciones.
El domingo, un día después de que Trump acusara a la agencia de impedir el lanzamiento de vacunas y terapias "por razones políticas", la FDA aprobó una "autorización de emergencia" para el plasma, lo que implica que puede utilizarse con mayor facilidad.
Según dijo la agencia, las primeras investigaciones sugerían que el tratamiento podría disminuir la mortalidad y mejorar la salud del paciente si se administraba dentro de los primeros tres días de la admisión al hospital.
La FDA alegó que había llegado a la conclusión de que el plasma era seguro después de revisar los resultados de 20.000 pacientes que habían recibido el tratamiento hasta el momento.
De acuerdo con la FDA, las personas menores de 80 años que no usaban un respirador y recibieron plasma tenían una tasa de supervivencia un 35% mayor un mes después del tratamiento que aquellas que habían recibido un plasma con un bajo nivel de anticuerpos.
Pero la agencia no incluyó un grupo de comparación de pacientes no tratados, lo que significa que no se pueden sacar conclusiones sobre las tasas de supervivencia absolutas.
¿Por qué genera dudas?
Varios expertos, incluido el Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas de EE.UU., han expresado reservas sobre la solidez de los estudios hasta ahora.
Y uno de los principales investigadores sobre la efectividad del plasma, el doctor Arturo Casadevall y la propia Clínica Mayo, que lidera varios estudios al respecto, dijeron que no sabían de dónde provenía la cifra del 35% dada por la FDA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el lunes que el uso de plasma era "todavía un tratamiento experimental" y que se deberían considerar los riesgos y efectos secundarios asociados, que van de leves a graves.
La OMS ha dicho anteriormente que el tratamiento "puede estar disponible siempre que se cumplan los criterios éticos y de seguridad para su preparación y uso".
Más de 177.000 personas han muerto a causa del coronavirus en Estados Unidos y cerca de 5,8 millones se han contagiado, lo que lo convierte en el país con más casos y muertos en el mundo.
¿Qué pasa con la FDA?
La FDA es una de las agencias de regulación de medicamentos más respetadas del mundo, pero durante los últimos tiempos ha sido señalada por tomar decisiones políticas para complacer a Trump.
Hace solo unos meses, autorizó también de emergencia el uso de la hidroxicloroquina para el tratamiento del coronavirus, pese a la carencia de evidencias médicas y contrario al criterio de muchos expertos.
Trump en varios discursos promovió el uso de la medicina, pero la agencia se vio obligada a dar marcha atrás y cancelar la autorización luego de que se comprobara que el tratamiento en realidad podía ser dañino.
Un reporte de Financial Times afirma que la Casa Blanca está considerando otorgar otra autorización de emergencia para una vacuna que está desarrollando la Universidad de Oxford y el gigante farmacéutico AstraZeneca antes de las elecciones presidenciales el 3 de noviembre.
La Casa Blanca no ha comentado sobre la historia, pero un portavoz de AstraZeneca dijo a Reuters que los resultados de eficacia de sus ensayos no se esperaban hasta finales de este año.
Balance de riesgos
Por Michelle Roberts, editora de salud de la BBC
Muchos países están utilizando plasma como terapia para el coronavirus, pero aún no está claro qué tan efectivo es el tratamiento.
La decisión de la FDA de otorgar el uso de emergencia es un equilibrio de riesgos.
Dicen que, según la evidencia hasta el momento, el plasma convaleciente puede disminuir la gravedad o acortar la duración de la enfermedad por covid-19.
Ciertamente, los pacientes enfermos cuyos propios sistemas inmunológicos están luchando para combatir el virus podrían obtener protección de una transfusión de plasma rico en anticuerpos de alguien que se haya recuperado con éxito.
El plasma convaleciente se ha utilizado para tratar con éxito otras enfermedades, incluido el ébola.
Por lo general, se tolera bien, pero pueden producirse efectos no deseados, incluidas reacciones alérgicas nocivas.
Un estudio reciente de Reino Unido indicó que seguía siendo "muy incierto" si el plasma era beneficioso para las personas ingresadas con covid-19.
Se están realizando ensayos para comprender con precisión qué pacientes podrían beneficiarse y en qué medida.
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