"Se está moviendo esto. No se sabe para dónde, pero se mueve y eso es bueno", dice Yohan González sentado en su terraza. Desde allí observa varias grúas trabajando cerca de la bahía de La Habana. "Hace unos años no veías ni una".

Yohan tiene 28 años y ofrece hospedaje a turistas en su apartamento de La Habana Vieja. Él siente que la ciudad no se ha transformado radicalmente con la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, pero sí percibe algunos cambios.

Para Celia Pérez, una madre de 29 años, "las cosas siguen exactamente igual"en cuanto a necesidades básicas como la alimentación de su hijo.

Mientras tanto, Estilita Chaviano, de 67 años, tiene "tremenda fe" en el acercamiento, aunque sus efectos todavía no son muy visibles en el barrio de Nuevo Vedado donde vive.

¿Qué cambios palpables han logrado las negociaciones?

BBC Mundo resume 6 novedades que ilustran hasta qué punto ha cambiado la ciudad.

1. Es más notable la presencia de ciertas marcas estadounidenses

Aunque algunas confituras como M&M´s, Snickers y Milky Way se consumen en Cuba desde hace años, pero ahora se ven con más frecuencia en los mostradores de las tiendas estatales, no se sabe si para complacer a los cubanos o a los visitantes estadounidenses.

Más allá de eso, sigue siendo relativamente raro encontrar productos Made in U.S.A., a pesar de que el presidente Barack Obama modificó algunas de las regulaciones que definen el comercio entre ambos países.

La razón es que, pese al acercamiento, el embargo comercial sigue en pie.

La carne de pollo es una de las pocas mercancías que viene directamente de Estados Unidos, desde que el presidente George W. Bush autorizó la exportación de productos agrícolas a Cuba de manera excepcional y bajo una serie de condiciones.

En los últimos meses, esas exportaciones no mejoraron sustancialmente, más allá del cargamento de arroz que zarpó de Texas en febrero de 2017 (algo que no sucedía desde 2007).

Las medidas promovidas por Obama a partir de 2015 autorizaron inversiones en la agricultura cubana y envíos de materiales de construcción si se presentan pruebas de que los beneficiarios finales son productores independientes, cooperativas o empresas desligadas del estado.

Pero en Cuba la inmensa mayoría de las empresas son propiedad del gobierno.

Aunque también se permitió la exportación hacia Estados Unidos de ciertos bienes producidos en Cuba, lo único que la isla ha comenzado a vender al país norteño es carbón de marabú elaborado por cooperativas.

2. Existen vuelos comerciales directos entre Estados Unidos y Cuba

"Esta vez compramos cuatro pasajes casi por lo mismo que nos costó uno la vez anterior", dice Celia cuando habla del restablecimiento de los vuelos comerciales.

Desde varias ciudades de Estados Unidos llegan diariamente a La Habana los 20 vuelos autorizados por la administración de Obama.

Antes de 2016, solo existían vuelos chárter entre ambos países, cuya "puntualidad, políticas de equipaje y trato al cliente eran fatales", amplía Celia.

Según datos oficiales, en 2015 se realizaron 4.783 vuelos chárter a Cuba y en el primer semestre de 2016 se registraron 3.452. Hasta el comienzo de los vuelos regulares, unos 30 chárters llegaban diariamente y costaban alrededor de US$500.

La mayoría de los que viajan en los vuelos comerciales no son cubanos, sino estadounidenses.

Ellos ya no necesitan solicitar una autorización especial de su gobierno para venir a la isla, siempre que sus viajes se ajusten a una de 12 categorías (entre ellas, motivos familiares o religiosos, intercambio cultural o educativo).

Pero los cubanos que viven en ambos países también reservan con esas compañías para visitar a sus familiares.

Sin embargo, hacerlo desde la isla no es tan sencillo pues no existen sistemas de pago online ni se pueden realizar transacciones con bancos estadounidenses.

En marzo de 2016, la Casa Blanca anunció que autorizaría esas transacciones y que permitiría a Cuba el uso del dólar en sus operaciones financieras internacionales.

Según declaró en septiembre de ese año el canciller cubano Bruno Rodríguez, "esto no se ha materializado" porque no se ofrecieron garantías sólidas ni aclaraciones legales que despejaran las incertidumbres de los bancos.

Por eso, quien desea reservar un vuelo en La Habana, digamos, con Delta, Yohan explica que se "va hasta la oficina, se conecta desde allí, busca el pasaje que más le acomoda, le dice a la muchacha cuál quiere y ella se lo vende directamente al mismo precio en CUC" (una de las dos monedas cubanas).

3. Compañías como Airbnb, Netflix y Google ofrecen sus servicios en Cuba

"Hay un vacío de información alrededor de los anuncios en el campo de la tecnología. Muchos quedaron en una nebulosa y al final no se puede hacer nada en la práctica", comienza diciendo Karel Pérez, un ingeniero civil de 35 años.

Sobre la medida que autorizó la contratación de cubanos en compañías tecnológicas estadounidenses, comenta: "No conozco a nadie que esté formalmente contratado por una empresa americana".

Tampoco sabe en qué punto de la implementación está el acuerdo sobre los servidores de caché de Google que se instalarían en Cuba, solo que "las velocidades de acceso a Google son las mismas" y que "algunos servicios como AdWords siguen cerrados".

Entre las cosas positivas que menciona Karel, quien participó en el encuentro de emprendedores cubanos con Obama, está el hecho de que "ya puedes entrar a Google Play, subir y descargar aplicaciones".

Y lo más relevante ha sido la entrada de Airbnb, "sobre todo porque han logrado pagarle a los anfitriones".

Pero "tienes que tener mucha paciencia para el pago", aconseja Estilita, quien usa Airbnb desde septiembre de 2016.

Los anfitriones cubanos, agrega Yohan,tienen que esperar por VaCuba.

Esta es una agencia de viajes, remesas y envío de paquetes con oficinas en Miami que aparece como "único método de pago cuando estás creando tu cuenta de Airbnb".

Con bastante demora, VaCuba entrega el efectivo, en CUC y en la puerta de la casa.

Algo más impide a Estilita usar Airbnb con normalidad. Ella opina que la falta de internet "es el bloqueo de nosotros aquí adentro".

Por esa razón, aunque algunos amigos de Karel ya han visto series de Netflix "en algún centro de trabajo" y Yohan tiene una de las seis cuentas que su hermano paga en Houston, ambos aseguran que en Cuba casi nadie se conecta para ver algo en Netflix desde los puntos Wi-Fi instalados hace unos meses.

Precisamente el área de las telecomunicaciones fue una de las más beneficiadas por las medidas. Se trabajaron acuerdos de interconexión directa entre ambos países y se cerraron contratos de roaming.

Además, está permitido que empresas estadounidenses ofrezcan internet a la isla e inviertan en la infraestructura de telecomunicaciones. Pero del lado cubano esto no fue recibido con entusiasmo pues tiene "propósitos declaradamente políticos", en palabras del canciller Rodríguez.

Mientras tanto, la conexión a internet sigue siendo cara, incómoda y accidentada.

4. Se ven más cruceros y barcos de vela en la bahía de la Habana

Con el levantamiento de la prohibición, cuatro compañías estadounidenses están enviando sus barcos a la isla: Royal Caribbean, Carnival, Pearl Seas y Norwegian Cruise Line.

Todos los días hay al menos un crucero, a veces dos, en la bahía.

Provenientes de Estados Unidos o Europa, entra un buque nuevo cada tres días aproximadamente. También atracan con cierta frecuencia megayates privados.

Además, veleros estadounidenses han participado en las regatas tradicionales reanudadas desde febrero.

Estilita y Celia aplauden que el paisaje esté cambiando. "Los barcos que han venido son bonitos, dan vida, colorido?", dice Celia.

Pero Yohan aún ve la bahía "demasiado plana". "Debería estar llena de nuestros yates".

Tres meses después de que Obama aboliera la política "de pies secos, pies mojados", para los cubanos sigue prohibido, salvo algunas excepciones, abordar embarcaciones privadas.

5. Ha aumentado el número de visitantes de EE.UU., turistas internacionales, hoteles en construcción y negocios privados

"Se está desvaneciendo el misterio en torno a los americanos", le dice a BBC Mundo Lester Hamlet, un cineasta de 46 años que vive y comparte las responsabilidades del alquiler con Yohan.

De los 4 millones de visitantes que llegaron en 2016, 285.000 eran estadounidenses, según datos citados por EFE.

Él los describe como "gente común que también intenta espantar un fantasma que les han creado sobre nosotros".

Llegada de visitantes internacionales en 2015 y 2016 (enero-junio)

Países

Aumento en porcentaje

2015 (enero-junio)

2016 (enero-junio)

Comunidad Cubana del Exterior

(3,1%)

181.413

187.073

Estados Unidos

(79,7%)

76 183

136 913

Alemania

(44,8%)

86.636

125.438

Francia

(37,3%)

74.973

102.908

Italia

(54,5%)

65.538

101.211

Inglaterra

(22,1%)

81.286

99.284

España

(59,9%)

40.490

64.753

Al comparar el primer semestre de 2016 con el de 2015, EE.UU. fue el país con el aumento de viajeros más significativo (79,7%), según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Cuba (ONEI).

Aunque para los viajeros estadounidenses está prohibido hacer turismo, algunas compañías de ese país fueron autorizadas a negociar contratos de administración de hoteles estatales cubanos.

El turismo parece ser el área más beneficiada por las negociaciones y el sector estatal se apresura para ampliar su infraestructura. Muestra de ello, son las grúas que señala Yohan.

Según el diario estatal Juventud Rebelde, el Ministerio de Turismo cubano está sumando anualmente entre 2.500 y 3.000 habitaciones.

Entretanto, muchos estadounidenses y turistas internacionales eligen hospedarse en casas de renta como las de Estilita, Yohan y Lester.

Las 8.000 casas de renta que había en La Habana a inicios de 2016 pertenecen al sector privado, cuya ampliación es uno de los principales objetivos del gobierno cubano.

A ese sector privado, conocido como "trabajadores por cuenta propia", también estuvo dirigida buena parte de las medidas de Obama.

Como resultado de ambas políticas, Lester y Estilita destacan que la gente está reconociendo el valor del trabajo, haciendo cosas por sí mismos, disciplinándose y dejando el conformismo.

"Desde niño quería irme de Cuba" pero "conocí a Lester y me quedé", dice Yohan. "Ahora ya no me quiero ir, tengo responsabilidades y un negocio que atender".

Sin embargo, el sector privado (que no está asociado únicamente a los servicios turísticos) representa menos del 11% de la población activa.

O sea, las políticas de ambos gobiernos han beneficiado directamente a una pequeña minoría de cubanos.

6. En La Habana hay una embajada más, un nuevo banco y dos arbustos de magnolia

Decenas de apretones de manos, reuniones y firmas convirtieron en embajada a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana.

Meses después, Celia se pregunta cuándo las conversaciones materializarán algo más concreto, una verdadera mejoría.

Si bien muchos coinciden en que la abundancia de gestos simbólicos contrasta con los cambios palpables en la vida cotidiana, Morales piensa que "no debemos menospreciar lo logrado" porque "no lo habíamos logrado en 50 años".

De todos los gestos simbólicos intercambiados durante dos años, "lo más bonito para mí fue que Obama caminara bajo la lluvia y saludara a la gente en los balcones", dice Lester.

Su discurso pronunciado en el Gran Teatro de La Habana "fue el momento más lírico".

De aquella visita presidencial, han quedado en tierra cubana los dos árboles de magnolia y el banco para sentarse a su sombra que plantaron Michelle Obama y sus hijas en el jardín de una biblioteca pública.

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