Las relaciones entre Rusia y Reino Unido viven un momento de gran tensión después de que el exespía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia fueran atacados el pasado 4 de marzo en la ciudad británica de Salisbury con Novichok, un agente nervioso de origen soviético.
A este incidente se suma la misteriosa muerte de Nikolai Glushkov, un disidente ruso cuyo cadáver fue hallado en su casa el lunes y que era visto por el Kremlin como un "enemigo de Rusia".
La primera ministra de reino Unido, Theresa May, aseguró el miércoles que "no hay otra conclusión posible" que considerar a Rusia "culpable" del intento de asesinato a Skripal y su hija, cuyo estado de salud es crítico.
Para entender lo que está sucediendo entre ambas naciones, BBC Mundo te explica las cuatro claves del ataque a Skripal y sus consecuencias.
1. Qué sucedió
Sergei Skripal, de 66 años, y su hija Yulia, de 33, fueron encontrados el pasado 4 de marzo sentados y sintiéndose mal en un parque de Salisbury, una localidad de más de 60.000 habitantes en el sur de Inglaterra.
Skripal había sido un doble agente que suministraba información a Reino Unido sobre las identidades de sus colegas de inteligencia rusos que trabajaban en secreto en Europa.
Tras ser descubierto por las autoridades de su país, ingresó en la cárcel hasta que, cuatro años después, se convirtió en uno de los cuatro prisioneros liberados por Moscú a cambio de 10 espías rusos arrestados por el FBI.
Desde entonces, vivía como refugiado en Inglaterra, adonde Yulia había llegado de visita desde Rusia el día anterior a la agresión.
Aquel domingo, padre e hija, fueron a un bar y luego, a comer a un restaurante.
Poco después de las cuatro de la tarde, los servicios de emergencia recibieron un aviso y, al acudir al parque cercano a dicho restaurante, encontraron a los Skripal en una condición "extremadamente grave", según informó la policía.
"Estaba una pareja sentada en el banco, un hombre mayor y una mujer más joven. Ella parecía estar inclinándose hacia él, se veía como si se hubiese desmayado", dijo a la BBC Freya Church, una testigo.
"Él estaba haciendo movimientos extraños con las manos y miraba hacia el cielo...".
Uno de los agentes, el sargento de la policía Nick Bailey, también empezó a sentirse mal, así que fue trasladado al hospital junto al exespía y su hija.
Los tres permanecen ingresados y en estado grave, aunque sólo Bailey se encuentra consciente.
Otras 34 personas fueron revisadas y dadas de alta por los médicos , que le están haciendo seguimiento de manera ambulatoria a otro individuo que, de momento, no presenta signos de exposición.
Tras varios días de incertidumbre, el gobierno británico anunció esta semana que había identificado lo que estaba causando daño a Bailey y los Skripal: Novichok, un grupo de agentes nerviosos desarrollados por la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
Vil Mirzayanov, el químico ruso que ayudó a desarrollar esta arma química y que informó a Occidente de su existencia, aseguró a SkyNews que el Novichok fue diseñado para causar un "daño irreparable" en el cuerpo humano.
Según el científico, incluso cantidades minúsculas de este agente pueden causar síntomas que no aparecerán hasta dentro de "muchos años".
Las autoridades británicas le dijeron a unas 500 personas que estuvieron el día del ataque en el pub y en el restaurante que lavaran sus pertenencias, ya que se encontraron rastros de Novichok en ambos locales, que permanecen cerrados al público.
2. Antecedentes
Esta no es la primera vez que un antiguo espía ruso es atacado con armas químicas en territorio británico.
En 2006, Alexander Litvinenko, un ex agente de inteligencia ruso falleció en Londres después de haber ingerido una sustancia radiactiva.
Litvinenko había acudido el 1 de noviembre de ese año al bar del hotel Millennium en la capital inglesa para reunirse con un par de antiguos colegas.
Allí se tomó una taza de té que contenía polonio 210, una sustancia que se produce de forma natural en la corteza terrestre, aunque en concentraciones muy bajas.
Litvinenko comenzó a sentirse mal a las pocas horas. Tras una dolorosa agonía que duró 22 días, falleció en el hospital el 23 de noviembre.
Una década después, las autoridades concluyeron que, con mucha probabilidad, quienes perpetraron el crimen contaban con el visto bueno del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Los de Skripal y Litvinenko son los únicos casos en los que la policía británica ha encontrado indicios de implicación rusa.
Pero hay otras 14 muertes de ciudadanos rusos que levantan sospechas y que la legisladora Yvette Cooper, presidenta del comité selecto de Asuntos Interiores del parlamento británico, pidió la semana pasada a la secretaria del Interior, Amber Rudd, que investigara.
A estas se sumaría ahora la de Glushkov.
El Kremlin niega ser responsable de todos estos decesos.
3. La reacción de Reino Unido
Ante las evidencias, el gobierno británico anunció este miércoles que 23 diplomáticos rusos a los que considera "agentes de inteligencia no declarados" tienen una semana para abandonar el país.
Esta es la expulsión más numerosa decretada por Reino Unido en más de 30 años.
Además, los británicos incrementarán los controles en los vuelos privados, las aduanas y las cargas procedentes de Rusia.
Serán congelados aquellos activos rusos que se hayan visto involucrados en acciones de amenaza a la vida o propiedades de ciudadanos o residentes británicos.
Ningún ministro ni miembro de la familia real asistirá al Munidal de Fútbol de la FIFA que se celebrará este año en Rusia y todas las reuniones bilaterales entre ambas naciones han quedado suspendidas.
Por último, el Ejecutivo británico evalúa la posibilidad de crear nuevas leyes para aumentar la defensa contra "actividades hostiles de Estado".
El ministro de exteriores británico, Boris Johnson, dijo a la BBC que una muestra del agente nervioso será enviada a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas para que la analice.
May incluso planteó la posibilidad de elevar el asunto a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Estados Unidos mostró este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU su apoyo a las acusaciones vertidas por Reino Unido contra Rusia.
4. La respuesta de Rusia
El ministro de relaciones exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que su país no colaborará con la investigación del ataque a los Skripal hasta que Reino Unido no le entregue una muestra del Novichok utilizado para hacerles daño.
Tras el anuncio de las medidas tomadas por las autoridades británicas, la embajada rusa en Londres las tachó de "inaceptables, injustificadas y de poca visión".
Pero la respuesta más contundente la dio este jueves otra vez Lavrov, que declaró a los medios de comunicación de su país que "pronto" expulsará a diplomáticos británicos.
El canciller calificó a las acusaciones de May de "dementes" y consideró que la posición de su gobierno es irresponsable y que no está sustentada en ninguna evidencia.