La Iglesia católica argentina celebró este domingo una misa "en favor de la vida" a la que acudieron miles de personas ataviadas de celeste, en momentos en que el gobierno del peronista Alberto Fernández ha anunciado que enviará al Congreso un proyecto de ley para despenalizar el aborto.
Convocada por el Día Internacional de la Mujer, la misa reunió a una multitud frente a la Basílica de Luján, 75 km al oeste de Buenos Aires y epicentro de las celebraciones católicas en el país natal del papa Francisco.
"Millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción", afirmó en su homilía Oscar Ojea, presidente del Episcopado argentino. "Es injusto y doloroso llamarlos antiderechos o hipócritas", agregó aludiendo al discurso de Fernández cuando -al anunciar el envío del proyecto ante el Congreso- consideró hipócrita negar que "el aborto sucede".
Una multitud de personas escucharon la homilía desde la explanada de la Basílica en medio de pancartas, banderas argentinas y pañuelos celestes. Este color se contrapone al verde del pañuelo de los movimientos feministas que anunciaron una huelga de mujeres y movilizaciones para el lunes 9 de marzo.
El mensaje del cura fue aplaudido por quienes estaban presentes que además portaban pancartas con lemas como "por el derecho a vivir", "si a las mujeres, si a la vida" y "salvemos las dos vidas". Paralelamente, se realizó un "pañuelazo" frente a la catedral de la ciudad de Buenos Aires, donde se dieron cita cientos de personas con sus pañuelos verdes, asociados a la lucha por la legalización del aborto "sin restricciones, seguro y gratuito".
Ojea pidió que "el diálogo sea el camino de los debates sociales en Argentina desde el respeto y no desde la dialéctica emocional de quien se impone y silencia al que piensa y siente distinto (...) La descalificación y la estigmatización no hacen más que profundizar las divisiones entre los argentinos", añadió.
En Argentina el aborto solo está permitido en casos de violación o cuando esté en riesgo la vida de la mujer, según lo establecido en el Código Penal desde 1921. Fuera de estas causas, el aborto es castigado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel.