AFP

Argentina salió en busca de ayuda financiera del Fondo Monetario Internacional para enfrentar la severa turbulencia de sus mercados, 17 años después de haber caído en cesación de pagos.

"De manera preventiva he decidido iniciar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que nos otorgue una línea de apoyo financiero", dijo el presidente Mauricio Macri en una alocución televisada luego de que el peso cayera este martes más de 4% ante el dolar al abrir los mercados.

En el último mes, la depreciación ha sido de más de 10%.

"Estamos recorriendo el único camino posible para salir del estancamiento, buscando evitar una gran crisis económica que nos haría retroceder y dañaría a todos", añadió.

Macri señaló que ya tuvo una primera conversación con la directora del FMI, Christine Lagarde, pero no especificó cuál será el monto del crédito que solicita Argentina, tercera economía de América Latina.

Poco después, en una rueda de prensa, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, señaló que aún no se han definido montos ni tampoco condiciones.

"No podemos todavía dar a conocer los montos, pero hemos sí acordamos que el FMI va a prestar apoyo financiero a Argentina", indicó.

"En esta etapa de las conversaciones no hemos hablado de detalles. Tenemos que tener en cuenta que estamos hablando con un FMI muy distinto al que conocimos hace 20 años", agregó el ministro.

En enero de 2006, Argentina había saldado su último crédito con el FMI, por 9.600 millones de dólares.

Argentina sufrió en 2001 una crisis económica que provocó la caída de cuatro presidentes en una semana y llevó al país al default. 

Contexto internacional desfavorable 

Macri explicó su decisión al referir que "durante los dos primeros años (de gobierno) hemos contado con un contexto mundial muy favorable, pero eso hoy está cambiando. Somos de los países del mundo que más dependemos del financiamiento externo, producto del enorme gasto público que heredamos y que estamos ordenando".

Al asumir en diciembre de 2015, Macri permitió la flotación de la moneda, al eliminar el control de cambio que rigió durante el gobierno de Cristina Kirchner (2007-2015).

Pero la revaluación del dólar en los últimos días afectó al peso argentino más que a otras monedas. 

Según el mandatario, el financiamiento del FMI permitirá fortalecer su "programa de crecimiento y desarrollo, dándonos un mayor respaldo para enfrentar este nuevo escenario global y evitar crisis como las que hemos tenido en nuestra historia".

La moneda argentina, que a la apertura de los mercados este martes se depreció 4,61% a 23,41 pesos por dólar, se revaluó ligeramente tras el discurso de Macri, a 23,06. También la bolsa frenó su caída.

Para enfrentar la depreciación del peso, el Banco Central decidió la semana pasada un alza de la tasa de interés de referencia a 40% anual, la más alta del mundo. Este martes, el ente emisor debe anunciar nuevamente la tasa de política monetaria.

Pero esa tasa tan elevada puede afectar el crecimiento.

"Es indudable que las tasas más altas pueden impactar en la productividad aunque depende de cuánto dure, pero la Argentina sufrió muchas crisis en el pasado, tenemos que asegurarnos que no pase más", había dicho Dujovne la semana pasada.

Además de la depreciación, Argentina lucha con una inflación de más de un dígito (24,8% en 2017), y con el déficit fiscal cuya meta rebajó de 3,2% a 2,7% del PIB la semana pasada.

El gobierno se fijó una meta de inflación de 15% para este año e insiste en que no será modificada, aunque el propio FMI la proyectó en 19%.

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