Aunque hay pistas que apuntan a que el doble atentado con bombas de Ankara fue orquestado por redes yihadistas en Turquía, el Gobierno de Tayyip Erdogan se ha abstenido de orear sospecha alguna, al menos oficialmente, aparte de prometer que luchará contra todas las formas de terrorismo.
Por su parte, los investigadores están casi seguros de que el ataque fue perpetrado por dos hombres que se inmolaron este sábado entre los activistas prokurdos congregados para iniciar una marcha por la paz en el país eurasiático.
Así lo confirmó este domingo el primer ministro, Ahmet Davutoglu, en una entrevista con el jefe de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, según relató este último a la prensa. “Me han dado información sobre el atentado; entenderán ustedes que no puedo dar detalles. Me dijeron que había dos atacantes suicidas, ambos varones. Sin embargo, no han nombrado a ninguna organización”, declaró Kiliçdaroglu.
Analistas subrayan la similitud del atentado reciente con el ocurrido en Suruç, el 20 de julio. En esa ciudad de la provincia de Sanliurfa, habitada en su mayoría por kurdos, un joven turco que había pasado por los campos de entrenamiento del autoproclamado Estado Islámico en Siria, se inmoló con una carga de dinamita reforzada con bolas de acero para aumentar el efecto mortífero, exactamente igual que en Ankara.
La policía determinó que el explosivo usado este 10 de octubre en la capital turca es del mismo tipo, aseguró la cadena CNNTürk. 33 activistas de la izquierda prokurda murieron en Suruç; en Ankara fueron 95, según los reportes oficiales. La oposición kurda habla de 130 muertes.
La izquierda ha acusado directamente al Gobierno de Erdogan de propiciar el atentado, dada la ausencia de medidas de seguridad contundentes para proteger a los manifestantes contra el extremismo religioso que se expande por el país.
También Kiliçdaroglu pidió al primer ministro que haga dimitir o destituya a los titulares de Interior y Justicia por su incapacidad para prevenir la peor masacre en la historia de Turquía.
Aunque la Policía turca asegura que lucha contra las redes de apoyo al Estado Islámico, muchos activistas señalan que cualquier reunión de la izquierda sufre más vigilancia y acoso que las actividades de abierta captación de yihadistas y recuerdan que el autor de la masacre de Suruç tenía incluso antecedentes policiales.
La Policía arrestó este domingo a al menos 22 personas en las provincias de Adana, Esmirna y Konya en una redada dirigida contra las redes de Estado islámico, aseguró el diario Evrensel; pero no se ha aclarado aún si la operación está relacionada con las investigaciones en torno al atentado de Ankara.