La canciller de Alemania, Angela Merkel, pidió este martes que los recursos del Estado de derecho sean usados con toda su fuerza para castigar las agresiones sexuales contra mujeres y los robos perpetrados por un grupo numeroso de hombres en las cercanías de la estación central de trenes de Colonia durante la Nochevieja. Según el vocero del Ejecutivo, la política democristiana insistió en que se implementaran todos los instrumentos disponibles para encontrar, investigar y condenar a los culpables tan pronta y exhaustivamente como sea posible, sin considerar por un momento ni su origen ni sus circunstancias.

El portavoz del Gobierno germano informó que Merkel se había reunido con la alcaldesa de Colonia, la independiente Henriette Reker, para conversar sobre las acciones a tomar en esa ciudad de Renania del Norte-Westfalia. Un día después de que la policía local hiciera público lo ocurrido el 31 de diciembre, Reker convocó a las autoridades pertinentes a una reunión de emergencia para atender la materia. Y es que el incidente ha causado una ola de indignación en toda Alemania que se deja sentir, sobre todo, en las redes sociales y en los foros de los medios que han reportado sobre lo sucedido.

Desde Berlín se advirtió que este caso no debe ser “instrumentalizado” en contra de los miles de refugiados que llegan al país. De acuerdo con datos de la policía, en la última noche de 2015, un gran número de hombres “en estado de embriaguez” –percibidos y descritos por las víctimas como provenientes de países árabes– cercaron recurrentemente a pasantes, las acosaron y les robaron en la plaza ubicada entre la estación central de Colonia y la catedral de la ciudad. El jefe de la policía local, Wolfgang Albers, reportó una violación. Un portavoz de la policía informó que, hasta este 5 de enero, se han presentado noventa denuncias.

Muchos críticos de la política de asilo de Merkel se han pronunciado, esgrimiendo lo acontecido como un argumento a favor de sus posiciones. Mientras tanto, acólitos de la extrema derecha han aprovechado el incidente para avivar el odio islamófobo y racista. Un partidario de PEGIDA, descrito por sociólogos y otros expertos alemanes como un movimiento xenófobo, le exigió a Merkel que asumiera responsabilidad por haber “dejado entrar a esa chusma”. Por otro lado se dejaron escuchar voces clamando por que el asunto sea tratado con la mesura y la perspectiva que requiere.

En un comentario del semanario Der Spiegel se pedía esperar a que las investigaciones policiales aportaran información más detallada y precisa sobre lo ocurrido. Y en una entrevista con el diario Süddeutsche Zeitung, la ministra renana para la Emancipación, Barbara Steffens, del partido Los Verdes, describió los casos de violencia de género acaecidos en Colonia como “la punta de un iceberg gigantesco”. “Es importante que a la gente que viene a Alemania se le inculque el respeto por las mujeres”, dijo Steffens al ser consultada sobre si las agresiones sexuales en cuestión eran un “problema cultural”.

 “No obstante, considerando que el 50 por ciento de las mujeres en Alemania asegura haber sido acosada o agredida sexualmente por lo menos una vez en su vida y cada cuarta mujer ha sido víctima de violencia doméstica, ya no se puede describir el fenómeno como un problema exclusivamente cultural. Y es que en Alemania no hay tantos hombres extranjeros o de origen extranjero [como para justificar esas cifras]. Este es un problema que aflige a todos los estratos sociales”, señaló la especialista, agregando que en toda ciudad grande hay zonas, eventos o momentos –“como el Carnaval de Colonia, el Oktoberfest o las celebraciones de Año Nuevo”– que son de mayor riesgo para las mujeres y en donde aumenta el número de agresiones sexuales.

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