El canciller Olaf Scholz, del partido socialdemócrata (SPD), inicia su Gobierno en medio de la crisis del COVID-19, que amenaza con dividir a la sociedad alemana. Los contagios han subido a alturas inquietantes y hace ya días que se traspasó el umbral de los 100.000 muertos. La tasa de vacunación sigue por debajo de lo que se esperaba, y el nuevo ministro de Salud, Karl Lauterbach, habla de la peor crisis sanitaria de Alemania desde la Segunda Guerra Mundial. "Tengo claro que esta será la tarea más difícil de mi vida", afirmó.
Un comité de crisis asumirá las tareas centrales de la lucha contra la pandemia en la Cancillería. Sus tareas: coordinar y apoyar la conducción de la campaña de vacunación y reforzar el despacho y distribución de las vacunas. El equipo multidisciplinario es dirigido por el general Carsten Breuer, un militar considerado experto en logística y con amplia experiencia en el manejo de crisis.
"En lugares en que se atiende a grupos especialmente vulnerables, la vacuna debería ser obligatoria", ha dicho Olaf Scholz. Y, según evolucione la situación, se evaluará la posibilidad de extender la obligatoriedad a la población en general, tema que sigue generando controversia en parte de la población. Desde ya, está previsto un mayor despliegue de equipos móviles de vacunación y se piensa en que también se puedan aplicar vacunas contra el COVID-19 en las farmacias.
Crisis internacional ad portas
En materia internacional, Olaf Scholz y su nueva ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, de Los Verdes, tendrán que hacer frente de entrada a una crisis. Refiriéndose a los movimientos de tropas rusas y las advertencias estadounidenses contra una invasión de Ucrania, el canciller afirmó que habrá que concentrar todos los esfuerzos en disuadir a Rusia de un conflicto. Indicó que se requiere un "nuevo entendimiento" de que las fronteras no pueden ser modificadas en Europa.
Ante ese telón de fondo, el tema del gasoducto Nord Stream 2, que habría de llevar gas ruso a Europa occidental sin pasar por Ucrania, podría convertirse en una prueba de fuego para la coalición de Gobierno alemana: Annalena Baerbock está en contra de que entre en funcionamiento, mientras que el SPD favorece su puesta en marcha.
Consenso impera, en cambio, en cuanto a que deben proseguir los esfuerzos alemanes dirigidos a forjar "una Unión Europea fuerte, soberana y abierta", como dijo Scholz. Su primer viaje como canciller lo llevará este viernes (10.12.21) a París. La ministra Baerbock, por su parte, viajó al Francia el mismo miércoles de su investidura. Este jueves, visitó Bruselas y el viernes es esperada en Varsovia.
Líneas maestras de la política exterior
Según está contemplado en el acuerdo de coalición, el nuevo Gobierno alemán desea fortalecer las competencias del Parlamento Europeo, y se propone actuar con mayor vehemencia contra la violación de principios del Estado de derecho en países de la UE, como Polonia y Hungría. En el capítulo 7, titulado "La responsabilidad de Alemania en Europa y el mundo", el documento plantea que la UE debe tener mayor capacidad de acción a nivel internacional y actuar más unida.
Socialdemócratas, verdes y liberales subrayaron, en su acuerdo de coalición, su respaldo al movimiento democrático y a Ucrania. Bastante espacio se asignó en el documento a las relaciones con China. Se trata de lograr una política equilibrada entre los intereses económicos y la defensa de los derechos humanos, ante el trasfondo de una rivalidad de sistemas. Para ello, se requiere una amplia estrategia con respecto a China, en el marco de una política europea conjunta.
Al igual que para el Gobierno anterior, para el Ejecutivo de Scholz, la seguridad de Israel es también una razón de Estado. En lo que respecta a Turquía, la coalición constata "inquietantes evoluciones de política interna y tensiones en política exterior", motivo por el cual no es partidaria de iniciar nuevas consultas sobre una adhesión de Ankara a la UE.
La alianza dirigida por Olaf Scholz se propone fortalecer la Organización de las Naciones Unidas, como principal institución internacional, y destaca permanentemente la colaboración entre los Estados.
También la lucha contra el cambo climático y la protección del medio ambiente ocupa un lugar central para el nuevo gobierno alemán, que la considera una tarea transversal de los diversos ministerios. La agenda, en todo caso, está llena de tareas, en materia de finanzas, defensa y muchas otras, contempladas en el acuerdo de coalición (más información, aquí). Y muchas de ellas reclaman atención inmediata o a corto plazo.