Las fuertes lluvias que azotan Rio Grande do Sul, el estado más meridional de Brasil, han causado la muerte de 31 personas, informaron el viernes las autoridades locales.
Más de 70 personas siguen desaparecidas y al menos 17.000 han sido desplazadas en este estado fronterizo con Uruguay y Argentina, que ha visto afectadas casi la mitad de sus 497 ciudades, según la Defensa Civil de Rio Grande do Sul.
En varias ciudades, las calles se convirtieron en ríos, con carreteras y puentes destruidos. La tormenta también provocó desprendimientos de tierra y el colapso parcial de la estructura de una presa, en una pequeña central hidroeléctrica.
Una segunda presa en la ciudad de Bento Gonçalves también corre el riesgo de derrumbarse, según las autoridades, que han ordenado la evacuación de los habitantes de las inmediaciones.
"No se trata de una situación crítica más, sino probablemente del caso más crítico jamás registrado en el estado", declaró el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, quien añadió que es probable que el número de muertos siga aumentando, ya que las autoridades no han podido acceder a determinadas localidades.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó al estado el jueves para visitar los lugares afectados y discutir los esfuerzos de rescate con el gobernador.