En Estados Unidos, un hombre de 58 años de Arizona fue acusado de estar meses planeando un tiroteo masivo en un concierto de Bad Bunny en Atlanta, esto con la finalidad de provocar una "guerra racial" antes de las elecciones presidenciales de noviembre.

Según recoge Billboard, se trata de Mark Adams Prieto, quien fue acusado por tráfico de armas, transferencia de armas para uso en crímenes de odio y posesión de arma de fuego no registrada, esto tras una investigación del FBI que terminó con su arresto el mes pasado.

Desde el Departamento de Justicia señalaron que Prieto actualmente está bajo custodia a la espera de su traslado desde Nuevo México a Arizona.

¿Cómo se gestó la detención?

La investigación comenzó luego que una fuente confidencial le dijera a un agente del FBI en Phoenix que un hombre -que luego resultó ser Prieto- había hablado sobre querer incitar una guerra racial antes de las elecciones de noviembre.

El informante le dijo a las autoridades que había hablado con Prieto más de 15 veces durante 3 años en ferias de armas, donde sus conversaciones pasaron de ser triviales a discusiones políticas. Fue ahí que, el año pasado, aseguró que comenzó a hacer comentarios preocupantes "abogando por un tiroteo masivo" supuestamente dirigido a afroamericanos, judíos y musulmanes.

Prieto además creía que "la ley marcial se implementará poco después de las elecciones de 2024 y que un tiroteo masivo debería ocurrir antes" de que se invoque.

Prieto además dijo que quería hacer un ataque en un concierto de hip-hop porque allí habría una alta concentración de afroamericanos y planeaba dejar banderas confederadas y mensajes alusivos al Ku Klux Klan.

Finalmente, Prieto fue arrestado el 14 de mayo en Nuevo México, donde reconoció conocer a los agentes en cubierto con quien habló y le confesó sus planes, aunque negó la intención de realizar el ataque.

Cabe señalar que cada condena por Tráfico de Armas de Fuego y Transferencia de Arma de Fuego para Uso en un Delito de Odio conlleva una pena máxima de 15 años de cárcel, así como una multa de 250 mil dólares, o ambas. En tanto, una condena por Posesión de un Arma de Fuego No Registrada conlleva una pena máxima de 10 años de prisión, una multa de 250 mil dólares, o ambas.

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