Mientras que los políticos elogiaron el acuerdo climático de París, defensores del medio ambiente advierten que el texto podría terminar siendo una “promesa vacía”. Después de todo, el acuerdo solo fija la meta, pero no el camino para llegar a esta.

La meta de los 2 ó 1,5 grados

195 países acordaron limitar el aumento de la temperatura global a menos de dos grados comparado con la temperatura medida en la era preindustrial. Adicionalmente se emprenderán “esfuerzos” para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. No obstante, expertos temen que incluso un aumento de 1,5 grados podría ser demasiado. “El 75 por ciento de los arrecifes de coral estaría en peligro”, dice Niklas Höhne, del Instituto de Clima Nuevo.

Asimismo, el acuerdo apenas entrará en vigor en 2020. Höhne indica, sin embargo, que el clima reacciona de manera retardada a las emisiones de gases de efecto invernadero. Incluso si hoy se redujeran las emisiones a cero, seguiría aumentando la temperatura global en los próximos años.

Además, el acuerdo no fija la cantidad de gases de efecto invernadero que un país puede emitir. Solo señala que los Estados deben publicar cada lustro sus metas climáticas individuales.

Ni rastro de la descarbonización

Según el acuerdo, a partir de la segunda mitad de este siglo todas las emisiones producidas por el hombre deben ser neutralizadas. No obstante, términos ambiciosos como la descarbonización no aparecen en el texto. Los países pueden seguir quemando carbón y petróleo, simplemente tienen que neutralizar las emisiones, por ejemplo, a través de bosques o técnicas como la captura y el almacenamiento de CO2.

Dinero para los pobres

Los países ricos se comprometieron a destinar 100 mil millones de dólares al año para ayudar a los países más afectados por el cambio climático. Sin embargo, se trata de una declaración sin carácter vinculante. De lo contrario, el Congreso estadounidense tendría que aprobar el pago anual de los 100 mil millones. El documento fue formulado de tal forma que el presidente de EE. UU. pueda firmarlo sin el respaldo del Congreso.

EE. UU.: ¿marcha atrás?

Críticos temen que Estados Unidos pudiera abandonar el acuerdo, si los republicanos llegaran a ganar las elecciones del próximo año. No obstante, defensores del medio ambiente afirman que no es tan fácil desvincularse de un acuerdo internacional.

Consecuencias para la economía

Las empresas de energías renovables celebran el acuerdo. Analistas de Goldman Sachs anunciaron que este impulsará la economía global de los sectores bajos en dióxido de carbono.

¿Qué sigue?

El 22 de abril de 2016, los jefes de Estado y de Gobierno firmarán el acuerdo en Nueva York. Como mínimo 55 países, que emitan por lo menos el 55 por ciento de los gases de efecto invernadero, tienen que aprobar el documento para que este sea vinculante.

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