Por Nicolas Revise / Francisco Jara (La Habana, France Presse)
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, cerró este viernes una histórica visita a Cuba, donde pidió avances en el respeto a los derechos humanos y encabezó la ceremonia en que la bandera de Estados Unidos volvió a flamear en la embajada norteamericana de La Habana después de 54 años.
"No nos vamos a sentar aquí y hablar de normalización (de los lazos bilaterales) sin avances en todas estas áreas, y particularmente tiene que haber algún progreso en el contexto de los derechos humanos porque no se puede normalizar sin eso", dijo Kerry a periodistas que lo acompañaban en su maratónica visita.
El avión de Kerry, el primer jefe de la diplomacia estadounidense que visita Cuba en siete décadas, despegó rumbo a Estados Unidos pasadas las 20.00 locales desde el aeropuerto José Martí de La Habana, observaron periodistas de la France Presse.
John Kerry paseando por La Habana.
Durante su visita de 10 horas en La Habana, Kerry se reunió con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien insistió en que el levantamiento del embargo es "esencial para poder tener relaciones normales" y afirmó que también en Estados Unidos hay problemas de derechos humanos.
"Nosotros también tenemos preocupaciones en materia de derechos humanos en los Estados Unidos (...) No es Cuba un lugar donde haya hechos de violencia racial o brutalidad policial, o se produzcan muertes en hechos relacionados con estos temas", afirmó Rodríguez en una rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado.
En su discurso en la embajada, Kerry aseguró que el presidente Barack Obama favorece fuertemente el levantamiento del embargo. Pero también subrayó, en declaraciones a periodistas, que "no hay manera de que el Congreso vote para levantar el embargo si ellos (los cubanos) no actúan ante estos temas" de respeto a los derechos humanos.
Solo el Congreso estadounidense, dominado por la oposición republicana, puede levantar el embargo impuesto a la isla en 1962. En una ceremonia cargada de simbolismos, la bandera de Estados Unidos fue entregada a tres marines que la izaron, los mismos que la habían retirado en 1961 cuando ambos países rompieron lazos diplomáticos, mientras una banda del Ejército interpretaba el himno nacional de ese país, marcando un punto de inflexión en el camino iniciado en diciembre cuando La Habana y Washington anunciaron la normalización de sus relaciones.
"Estamos seguros que éste es el momento de acercarnos; ya no como enemigos ni rivales, sino como vecinos", afirmó Kerry en su discurso con varias frases en español. Pero a la vez Kerry dijo que quedaba un "largo" camino por recorrer para la normalización entre los dos países, enemigos durante más de medio siglo.
"Estamos convencidos de que los cubanos estarán mejor con una democracia auténtica, en la que las personas puedan elegir a sus líderes", expresó Kerry en la ceremonia en la flamante embajada estadounidense, situada en el famoso Malecón de La Habana. Y subrayó: "después de todo, el futuro de Cuba depende de los cubanos".
Cosas del mar
"Ver ondear la bandera norteamericana en el Malecón de La Habana es un sentimiento tan profundo como el que sentí en Washington" cuando fue izado el pabellón cubano el 20 de julio, declaró a la AFP Hugo Cancio, uno de los invitados cubano-estadounidenses, quien llegó a Miami con su familia en 1980, cuando tenía 16 años, en el éxodo de Mariel.
En la ceremonia participó también el poeta cubano-estadounidense Richard Blanco, quien recitó el poema 'Cosas del mar', que compuso para esta ocasión. Kerry cumplió una apretada agenda en la isla en la cual no estaban previstas reuniones con el presidente Raúl Castro ni con su hermano Fidel.
El jueves, Fidel Castro, un tibio defensor del plan de su hermano Raúl con Obama, destacó que Washington debe pagar a Cuba "cuantiosos millones de dólares" por los daños causados por el embargo, en un escrito divulgado en ocasión de su 89 cumpleaños.
Cuba y Estados Unidos habían roto relaciones el 3 de enero 1961 en el fragor de la revolución castrista. Sin embargo, desde 1977 mantenían Secciones de Intereses bajo la protección de Suiza, una cooperación que Kerry resaltó en un breve encuentro en La Habana con el canciller helvético, Didier Burkhalter.
Paseo por La Habana
Kerry también tuvo tiempo de pasear por las calles de La Habana Vieja, rodeado de escoltas, periodistas, turistas y curiosos. Después del paseo, sostuvo un encuentro con una docena de disidentes cubanos en la residencia del embajador estadounidense, al que no quiso asistir la jefa de las Damas de Blanco, Berta Soler, crítica de la nueva política de Washington.
Estuvieron presentes, en cambio, la bloguera Yoani Sánchez, Héctor Maseda y Martha Beatriz Roque, entre otros. El precandidato presidencial republicano Marco Rubio, hijo de padres cubanos que emigraron a Estados Unidos, había criticado que en la ceremonia ante la embajada no participaran "aquellas personas que han luchado en favor de la democracia en Cuba".
En caso de ser electo, Rubio amenazó con colocar a Cuba de vuelta en la lista de países que patrocinan el terrorismo y cortar relaciones diplomáticas a menos que la isla ponga en práctica "reformas políticas y de derechos humanos significativas".
Pero Kerry descartó que se pueda dar marcha atrás en el camino iniciado. "No me puedo imaginar a un presidente (...) tirarlo todo por la ventana", aseguró.