Tras ser dado de alta del hospital clínico de la U. de Chile, donde se encontraba desde el 2 de febrero, el presidente del PC Guillermo Teillier bajó la línea y levantó la tesis del “avanzar sin renunciar” en esta tercera etapa del gobierno, donde la centroizquierda consolidó sus posiciones de poder y la tributaria se encamina hacia un acuerdo con la oposición. “Hay que negociar hasta que duela”, dijo el Mandatario tras el cambio de gabinete. “Una cosa es dialogar y otra cosa es renunciar”, manifestó Teillier, en una posición probablemente más dura a la que hasta ahora ha manifestado el secretario general, Lautaro Carmona, y muy en sintonía con la de la diputada Karol Cariola y el senador Daniel Núñez, entre otros.
Fuera del hospital. El presidente del PC fue dado el alta el sábado del Hospital Clínico de la U de chile después de que ingresara el 2 de febrero, tras una serie de complicaciones médicas que aparecieron a partir de un contagio por Covid en septiembre, luego de lo cual tuvo alzas de presión, congestión pulmonar y neumonía, entre otras cosas.
- El domingo, en el programa Domingo a Domingo, de Radio Nuevo Mundo, Teillier fijó posiciones respecto del cambio de gabinete, la derrota del gobierno en la reforma tributaria y, sobre todo, marcó líneas rojas respecto del rumbo de la administración Boric, asociado en esta tercera etapa a la consolidación y sinceramiento de la centroizquierda en el gobierno después del ajuste ministerial post 4S, donde el Socialismo Democrático tomó el control político de la administración con el desembarco de Carolina Tohá en Interior.
Cambio de gabinete. “Hay que negociar hasta que duela”, dijo Boric tras el cambio de gabinete, dando cuenta de la pérdida de hegemonía e incidencia del FA-PC en la toma de decisiones. El Presidente ya ha ido cambiando radicalmente los planteamientos de su programa en materias clave, como el despliegue militar en el sur para enfrentar la violencia de grupos radicales y en el norte, para contener la inmigración.
- En clave PC, Teillier advirtió a La Moneda fue que una buena gestión no pasa por negociar aspectos intransables del programa, más aún tras la derrota del Apruebo y la tributaria.
- “Mi opinión es que el Gobierno tiene que hacer todos los esfuerzos por avanzar sin renunciar, es una cosa esencial”, dijo.
- “Una cosa es dialogar y otra cosa es renunciar, es en lo que yo tendría cuidado”.
- Teillier, conocido como un táctico al interior del partido, sostuvo que hay que dialogar en el oficialismo y con la oposición, pero en función de las reformas establecidas en el programa de este Gobierno. “Está claro que el Gobierno no puede estar a merced de la derecha, no puede caer en eso”.
- Y sobre el gabinete, en un matiz a las posiciones marcadas por Lautaro Carmona, el secretario general y hombre del aparato comunista, antepuso el mismo criterio: “Está por verse si este nuevo ordenamiento en el Gobierno va a tener como resultado el sacar adelante el programa, con todas las adversidades, y sabiendo que hay que dialogar”.
- Teillier habló en momentos en que los socialistas abogan por un reordenamiento de prioridades y cuando en el PC aún resienten la pérdida de dos subsecretarias y la posición en que quedó Camila Vallejo en el gabinete. Sin abandonar el comité político, donde ha desgastado la popularidad con que llegó al gobierno, Vallejo enfrenta el desafío de moverse en una cancha ya rayada, donde Tohá y Marcel se convirtieron en la dupla más poderosa del gobierno y ella y la ministra Antonia Orellana (FA) representan una afinidad más a la izquierda que ha perdido peso interno y apoyo en las encuestas.
- La respuesta del presidente del partido a todo lo anterior se resume probablemente en la siguiente frase: “Esperaría una reacción del mundo social, al menos del mundo social organizado, de las organizaciones de trabajadores sobre todo que son los más afectados por el rechazo a la reforma tributaria, de los pensionados”.
El rechazo a la tributaria. Boric y Marcel lideraron duras críticas tras la derrota del gobierno en la tributaria, sosteniendo que quienes habían triunfado los evasores. Días después el Presidente y su ministro abandonaron el tono de los días anteriores, colocando el foco en construir una mayoría para llegar a puerto. En el oficialismo tienen claro que, más allá del ajuste de piezas en el gabinete, el cómo y cuándo entablará el gobierno la negociación con la derecha es una bomba de tiempo, dado que a Hacienda no le queda otra que ceder en aspectos clave de la propuesta y no está claro que el PC esté dispuesto a hacer concesiones de gran calado.
- Teillier, siguiendo una línea distinta a la que actualmente se impuso en el gobierno, endureció sus críticas a la oposición, marcando tácitamente un límite en la negociación que inicia Hacienda.
- “Esta conducta de la derecha se venía observando unos días antes de la votación de la reforma tributaria, ellos la desahuciaron, dijeron que era una reforma mala y no quisieron discutir ni dialogar nada, a pesar de que el Gobierno estaba dispuesto. El Ministro de Hacienda (Mario Marcel) estaba dialogando en el Congreso, y la derecha se negó. Esto de quitarle la sal y el agua al Gobierno, la derecha lo está llevando adelante”.
- “Se defendió a quienes eluden y evaden impuestos. El 60 por ciento de los ingresos de la reforma tributaria era mediante un control más riguroso de la evasión de impuestos. Solamente iba a captar un 25 por ciento de los que eluden. La derecha lo que hizo fue darle el gran perdonazo a aquellos que le siguen robando plata al Fisco y a las chilenas y los chilenos”.
Por qué importa. Teillier bajó la línea del partido, probablemente más dura a la que hasta ahora ha expresado Carmona, el hoy hombre fuerte del PC, y muy en sintonía con la expresada por la diputada Karol Cariola y el senador Daniel Núñez, representantes de la generación de recambio y la sub 50 al interior de la colectividad.
- Los comunistas están conscientes que defender el programa tal como fue concebido es políticamente inviable, tras las sucesivas derrotas de la administración Boric, pero las líneas rojas del ex encargado militar de la colectividad apuntan probablemente a recordar que una buena gestión no pasa por ir renunciando a las profundas transformaciones al modelo con que desembarcaron en el poder, más allá de que Boric se ha encargado personalmente de negarlo.