−¿Qué expectativas y exigencias tiene su administración en el Ministerio del Deporte? 

−Tenemos un tremendo desafío en términos de realizar por primera vez unos Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, con 9.000 deportistas, 41 países y cerca de 100 mil visitantes desde el extranjero. Pero también estamos trabajando en el fortalecimiento de la infraestructura deportiva en los barrios, en las escuelas, con enfoque en la descentralización.

Tengo la convicción de que las soluciones de infraestructura, equipamiento deportivo y acceso no pueden ser estándares, deben tener criterios de pertinencia y pertenencia. Eso requiere de un trabajo territorial, de escuchar a la comunidad.

A nivel macro, es indispensable avanzar en la profesionalización del deporte y en generar un conjunto de reglas claras que nos permitan robustecer las competencias y el alto rendimiento. Estamos realizando un seguimiento a la Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino, para que sea exitoso y vamos a impulsar legislativamente un nuevo modelo de gestión del deporte profesional, que incluye al fútbol.

−Han surgido críticas con relación a los plazos y fondos, desde una administración a otra, para la realización de los Juegos Santiago 2023.

−Más allá de lo que pueda opinar, los hechos son como son. Los Juegos de Santiago 2023 se asignaron en noviembre de 2017 y a marzo de 2022, cuando asumimos en el actual gobierno, menos de la mitad de las obras definitivas que fueron comprometidas estaban en ejecución.

No hago un juicio de valor acerca de por qué pasaron tantos años sin que se diseñaran, licitaran, construyeran y terminaran las obras que hoy estamos llevando adelante, sólo estoy constatando hechos. La pandemia explica una parte de esta situación, pero sólo una parte.

−¿Cuánto de ventaja o desventaja tiene provenir del mundo del deporte?

−Es un plus para entender lo gigantesco que puede llegar a ser la organización de un evento como el que estamos asumiendo. Quizás esa visión y experiencia hubiesen sido facilitadoras si hubiesen existido desde el inicio, en el diseño integral de los Juegos de Santiago 2023.

Ahora, más que mirar atrás, lo importante es hacerse cargo y en eso estamos, trabajando con las dificultades propias de obras de infraestructura de gran envergadura, pero cumpliendo. Hemos dicho que los Juegos son de Estado, eso significa que nosotras tomamos la posta de las otras dos administraciones anteriores, con sus pro y contras.

−La semana pasada volvieron a la agenda los episodios de violencia y falta de seguridad en los estadios. ¿Cómo el Gobierno busca erradicar de una vez la violencia de los recintos deportivos?

−Pasa por establecer un trabajo interinstitucional eficaz, tanto público como privado. En el caso del Estado, corresponde a la coordinación que se pueda establecer entre el Ministerio del Interior —incluyendo a Estadio Seguro, las delegaciones presidenciales y las policías— mientras que, en el privado, al rol que deben desempeñar los clubes y la ANFP, es decir, la estructura del fútbol profesional.

Sin embargo, ¿Qué es lo que hemos escuchado como solución? Que regresen los Carabineros a resguardar la seguridad al interior de los estadios. La solución tiene que enmarcarse en un plan integral que permita prevenir, actuar y erradicar la violencia y los delitos. Todos los actores debemos comprometernos y colaborar. Pero sin duda son los clubes, quienes, por la naturaleza de la actividad privada, deben diseñar estrategias modernas que se enfoquen hacia una experiencia positiva a la hora de asistir a un espectáculo de fútbol. Para eso deben invertir en seguridad. No se puede sostener tan livianamente que el tema pasa por que Carabineros resguarde el orden al interior del estadio.

Los problemas del fútbol no se van a pasar con más Carabineros, sino que con asumir que las cosas deben mejorar por parte de las ANFP y los clubes, con realizar las inversiones que correspondan, con incorporar mayores criterios de transparencia en la gestión, con dar mayor participación a los hinchas en la toma de decisiones y con establecer una coordinación con los organismos estatales.

−¿Cómo ha sido su relación con Pablo Milad, el presidente de la ANFP?

−Es cordial, como la relación que puedo tener con cualquier presidente de una organización o federación. Actualmente estamos trabajando de forma conjunta en la presentación de una candidatura a la organización del Mundial de Fútbol masculino adulto para el año 2030, unidos a Argentina, Uruguay y Paraguay.

−¿Es partidaria de la separación de la Federación de Fútbol con la ANFP?

−Es un proceso que debió haberse efectuado hace mucho tiempo y que nosotras lo estamos propiciando a través de la presentación de cambios legales, que establecen la incompatibilidad entre ser miembro de la organización a cargo de la liga profesional y la participación en el directorio de la Federación.

Es una anomalía grave lo que ocurre en Chile hoy, donde por estatutos, el presidente de la ANFP es el mismo de la Federación. Subordinamos el desarrollo del deporte al desempeño que tiene la liga de fútbol profesional y eso no puede seguir ocurriendo. Se hipoteca el desarrollo del futsal, futbol playa, formativo y femenino. Esta separación es de toda lógica para el buen desarrollo de la actividad del fútbol en general.

−Las pérdidas millonarias han puesto en entredicho el modelo de las sociedades anónimas en el deporte. ¿Cree usted que se trata de un modelo en jaque que debe ser replanteado o intervenido?

−Se debe avanzar en otorgar mayores criterios de legitimidad a los clubes y a las empresas a cargo de su administración. La prensa ha realizado un trabajo importante en señalar conflictos de interés y necesidad de regular mejor una actividad que tiene un marco normativo de hace 17 años y que debe modernizarse. Por eso, desde el Ministerio del Deporte, en cumplimiento con nuestro programa de Gobierno, estamos haciendo una revisión exhaustiva a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas para buscar las alternativas que nos permitan presentarle mejoras lo antes posible.

−¿Qué piensa de que Mauricio Etcheverry —hombre fuerte en la administración de Sergio Jadue en la ANFP— haya arribado como asesor externo en Azul Azul?

−Son las organizaciones las que deben adoptar las medidas para prestigiar y recuperar la confianza de sus hinchas. Sí pienso que, en toda materia deportiva, como en la vida en general, la transparencia y las buenas prácticas deben regir en el seno de las organizaciones, sobre todo en aquellas que tienen un impacto tan importante a nivel público, como son los clubes de fútbol.

−¿Qué tan prioritario es equilibrar la cancha entre el fútbol masculino y femenino?

−Este 10 de octubre, comienza a regir la nueva Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino, que obliga de forma progresiva a los clubes a contratar al 50% de las jugadoras del plantel durante el primer año de vigencia; al 70% en el segundo año; y al 100% en el tercer año. Es un “desde”, para comenzar a nivelar la cancha. Hay una brecha muy grande, que sólo se puede estrechar con trabajo.

Ha existido un esfuerzo importante antes, de cientos de mujeres futbolistas y dirigentas, de organizaciones como Anjuff y Coffuf, por dar pasos en este sentido. No es concebible que exista hoy un trato diferenciado desde los clubes a sus trabajadoras, solo por el hecho de ser mujeres.

Creemos que con la nueva ley se abre un conjunto de oportunidades para los clubes, para dirigir el espectáculo a nuevas audiencias, a nuevos sponsors. Son tres años máximo que tardaría su implementación, pero si los clubes tienen la convicción de avanzar, pueden hacerlo en un plazo menor.

Hemos comprometido fondos concursables para el desarrollo del fútbol femenino y esperamos que la ley cumpla el propósito de profesionalizar la actividad para que las niñas vean este deporte como una posibilidad para dedicarse a él durante su vida.

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