El filme, dirigido por Nao Kubota, revive la tragedia ocurrida en marzo de 2011 y el accidente que se generó en la central nuclear de Fukushima (el peor desde Chernóbil en 1986).
La trama sigue a un joven que se vio forzado a dejar su pueblo natal de Fukushima antes del desastre, pero después de un tiempo, y pese a las restricciones por radiación, decide volver para recuperar los campos cultivados por su familia e intentar retomar sus relaciones.
La filmación de la película ocurrió en zonas cercanas a la planta nuclear, que aún permanece con acceso restringido, y retrata la realidad de muchos evacuados que esperan regresar a sus tierras, justo cuando en Japón se debate sobre la reactivación de las plantas nucleares.