Este viernes Elon Musk puso en marcha lo que prometió desde que se hizo oficial la compra Twitter: despedir a parte importante de la planta de trabajadores de la red social. Según The Washington Post, el empresario sudafricano -fundador de Tesla, SpaceX, Paypal, entre otras compañías- planeó desvincular a cerca del 50% de los funcionarios.
Y justamente durante la mañana de esa jornada cientos de ingenieros y desarrolladores recibieron un escueto correo electrónico que confirmaba su salida inmediata de la empresa.
Pero Roberto Konow -casado, chileno, ingeniero civil, 36 años- no estuvo dentro de esa lista. Al menos por ahora. Amigos afirman que su trabajo es clave para el funcionamiento de la empresa y que el departamento que él lidera es uno de los que Musk quiere potenciar.
Su cargo oficial es director de ingeniería y machine learning en el área de tendencias y búsqueda de Twitter. En otras palabras, está dedicado a liderar un grupo de desarrolladores, ingenieros e informáticos a mantener en orden y mejorar las funcionalidades de tendencias (como trending topics y recomendaciones) y el motor de búsqueda de la plataforma. Todo esto, además, con herramientas de aprendizaje automático.
Konow es uno de los pocos tweepers (así se conocen a los trabajadores de Twitter) de origen chileno. Desde que el empresario sudafricano tomó el control de la firma, el ingeniero civil ha empatizado -a través de su cuenta personal- con el movimiento #OneTeam, que tomó relevancia a finales de octubre. En los últimos días ha “likeado” múltiples mensajes de apoyo al personal de la compañía estadounidense, fundada por Jack Dorsey.
Hoy Konow es el chileno más cercano a Elon Musk en la jerarquía corporativa de Twitter. Y justamente por eso, poco se sabe de su rol en los cambios al interior de la compañía. Sin embargo, su pasado es clave para entender cómo llegó al epicentro de la actual obsesión del magnate sudafricano.
Promedio 7,0
A pesar de que sus notas no fueron sobresalientes en la enseñanza media, según cuentan compañeros del Colegio Alemán de Santiago, Roberto Konow tuvo un ramo que lo marcó y que, sin saberlo, influenció su carrera profesional. En tercero y cuarto medio obtuvo promedio 7.0 en el curso de Informática, donde comenzó sus primeras aproximaciones al mundo de la computación.
Al año siguiente, en 2004, Konow entró a ingeniería civil en la Universidad Diego Portales y se especializó, justamente, en informática y telecomunicaciones. Ahí participó, asegura un amigo de generación, “en todo lo que pudo, en cada instancia”. De hecho, formó parte de la federación de estudiantes.
“Dormíamos en la universidad, vivíamos allá, tomamos todas las oportunidades habidas y por haber”, indica el cercano. “Cuando estábamos muy cansados dormíamos bajo algún escritorio, íbamos a la universidad los sábados para terminar las cosas que teníamos que hacer”.
Concluyó el pregrado en 2009 con nota final 7,0 y al año siguiente se matriculó en un magíster en Ciencias de la Computación en la misma casa de estudios. Ahí se especializó, entre otras cosas, en IPTV, un protocolo de internet enfocado en la distribución por suscripción de señales de televisión de pago. Por esos años comenzó a hacer clases -también en la UDP- dictando los ramos de programación básica y avanzada (entre otros).
Pero no terminó ahí: en 2011 comenzó su doctorado en ciencias computacionales en la Universidad de Chile. Estuvo estudiando e investigando durante cinco años. En 2016 publicó su tesis guiada por el informático argentino Gonzalo Navarro, que tuvo por objetivo analizar sistemas de recuperación de información (SRI), un mecanismo enfocado en encontrar, lo más rápido posible, la mejor respuesta para una consulta de un usuario.
La primera firma chilena enlistada en Tokio
Mientras Roberto Konow estudiaba en la UDP cofundó, junto con Jorge Lanzarotti, Luis Loyola y Christian Cafatti, FollowUP, una empresa dedicada a mejorar la experiencia del consumidor en la industria del retail omnicanal.
En 2014 la firma expandió sus operaciones a Perú y Colombia y dos años después a España y Japón. En 2019 se fusionaron con la firma nipona DataSection Inc (abierta a bolsa en Tokio), convirtiéndose en la primera empresa chilena en estar enlistada en ese país. Hasta ahora, tienen presencia en más de 20 latitudes y operación en 12 mil sucursales minoristas a lo largo del mundo.
Personas conocedoras afirman que Konow ya no participa activamente de la compañía, pero que guarda un buen recuerdo de su época como emprendedor.
Durante su doctorado, Konow consiguió una práctica en eBay. Viajó hasta San Francisco y durante cuatro meses se preocupó de optimizar algo fundamental para el negocio de la empresa norteamericana: su motor de búsqueda. Su trabajo impresionó a sus jefes. Entonces, en 2016 -dos años después de su pasantía- se convirtió en un trabajador oficial de la compañía.
“No es una tarea sencilla; hay que procesar millones de consultas por segundo sobre posiblemente miles de millones de elementos, y se espera que cada consulta se ejecute en sólo unos cientos de milisegundos utilizando recursos limitados”, escribió Konow en un blog interno de la compañía en 2018.
Konow estuvo trabajando más de cinco años llegando a dirigir el equipo de machine learning para el gigante tecnológico.
Pero en septiembre de 2021 renunció y se fue a Twitter, una compañía que en los últimos meses ha estado en el ojo del huracán por la llegada de Elon Musk. Ningún trabajador de la empresa está indiferente respecto a situación interna porque su dueño ha dejado claro que nadie, nadie, es intocable.