José Chagas, el padre del futbolista uruguayo Rodrigo Chagas, no puede contener la emoción: viajará este viernes a Argentina a ver a su hijo jugar la final del Mundial Sub-20 de la FIFA.
Uruguay, que nunca ganó una Copa del Mundo en esa categoría, busca la gloria el domingo ante Italia en La Plata. Y autoridades de Artigas, la ciudad del norte de Uruguay donde Chagas trabaja como barrendero municipal, financiaron su viaje para que esté en la tribuna.
"Hicimos una vaquita con un grupo de amigos para que él vaya", contó el intendente de Artigas, Pablo Caram, a la radio Azul FM.
"'El Chagas' es un personaje, un barrendero reconocido en Artigas por su simpatía y su don de gentes", dijo Caram, y agregó que el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, ya le aseguró una entrada para el partido.
"Me dieron esa felicidad", señaló Chagas, consultado al mismo tiempo por la emisora. "Poder estar no es fácil para uno que es empleado municipal", dijo con la voz quebrada.
Al menos 70 mensajes tenía en el celular, de todo el país y "de Italia, Estados Unidos, España", luego de que la selección juvenil celeste logró el pasaje a la final el jueves al ganarle 1-0 a Israel.
"Es impresionante el cariño que se ganó Rodrigo", dijo el orgulloso padre sobre "Petiño", como llama al mediocampista de 19 años. "Es un chico que vale oro, más que oro... es un tipazo".
Chagas dijo que el jueves salieron dos ómnibus a Argentina desde Artigas, una ciudad de 40.000 habitantes a 600 km de Montevideo y fronteriza con Brasil.
"La felicidad es mía y de todos los artiguenses", exclamó, y contó que no paró de recibir saludos el viernes mientras barría la Avenida Lecueder, la principal de la ciudad.
"Siempre cuando voy (a verlo) le doy suerte", aseguró. "Si llegamos a obtener el título lo que va a ser el recibimiento acá...".