La cara de sus compañeros lo decía todo, luego de que Charlie Culberson recibiera un pelotazo a 150 kilómetros por hora, sus colegas y rivales quedaron perplejos, algunos sin poder levantar la mirada, ya que sabían que un golpe a esa velocidad tiene consecuencias importantes. 

El lanzador Fernando Rodney tampoco podía creer que había dado justo en la cara de su rival, quien tuvo que ser llevado rápidamente hasta el hospital, donde se constató que el jugador sufrió múltiples fracturas faciales. 

Culberson le hizo una seña a Rodney mientras subía a la ambulancia, haciéndole saber que se encontraba bien y que comprendía que no había sido su culpa. 

Los Bravos comunicaron, a través de sus redes sociales, que el jugador puede ser trasladado hasta Atlanta, donde verá a los doctores del equipo para determinar los siguientes pasos en su tratamiento.  

 

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