AFP

Confirmando una vez más su dominio en el tenis mundial, el serbio Novak Djokovic ganó su sexto título del Abierto de Australia al batir al británico Andy Murray en tres mangas por 6-1, 7-5 y 7-6 (7/3), este domingo en Melbourne.

Este trofeo es el 11º título de Grand Slam del número 1 mundial, que alcanza a las leyendas Rod Laver y Björn Borg en el palmarés histórico. Además Djokovic iguala el récord de ediciones ganadas del Abierto de Australia, establecido por Roy Emerson en los años 60.

El serbio de 28 años partía este domingo en la Rod Laver Arena como el gran favorito ante un rival al que ha ganado en 11 de sus 12 últimas confrontaciones y, con su nuevo triunfo, cuatro veces en la final del primer grande del año.

En una racha casi incomparable, no pierde un partido de eliminatoria directa desde agosto, la final de Cincinnati ante Roger Federer, y su única derrota en los últimos seis meses fue un partido de la fase de grupos en el Masters de Londres.

La final de este domingo se pareció bastante a los otros duelos por el título que ambos jugadores han disputado en Melbourne.

Regular desde el fondo de la pista, sobresaliente en defensa y al resto, Djokovic ganó los intercambios más largos e importantes, además de minimizar errores (41 faltas directas, por 65 del británico).

Murray intentó golpear más fuerte y subir a la red, pero su plan de juego no le dio resultado y acabó perdiendo por quinta vez la final del Abierto de Australia.

- Primer set, 30 minutos -

El partido parecía que tenía una dirección diferente cuando el número 1 mundial salvó una bola de rotura en el primer juego, pero luego tomó carrerilla y se impuso en el primer set en sólo 30 minutos.

Otra rotura del serbio mediado el segundo set hizo comprender al escocés que tenía que tomar más riesgos para tener alguna opción. Con un buen servicio, dio un paso adelante, poniendo en problemas al serbio y su efectivo juego de fondo de pista.

Pero se derrumbó cuando encajó cinco puntos consecutivos en un juego en el que servía y ganaba por 40-0.

Con su instinto asesino guiándole de forma directa al triunfo, Djokovic hizo otra rotura en el primer juego del tercer set con un espectacular 'passing-shot' de revés tras una carrera.

A Murray le quedaba intentar vender su derrota lo más caro posible. Alcanzó la muerte súbita en el tercer set, pero fue incapaz de anotárselo, dejando dos dobles faltas como mal recuerdo en el juego decisivo.

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