La posibilidad de la selección de Perú de volver a un Mundial después de 36 años no aparecía como una certeza hace unos meses, cuando se anunció el recital de la banda estadounidense Green Day en Lima para el 15 de noviembre, en el Estadio Nacional.
Entonces, a nadie se le cruzó por la cabeza que el partido de vuelta por el repechaje entre el representante sudamericano y el de Oceanía, Nueva Zelandia, estaba programado para un día antes.
Tampoco que la preparación del concierto en el recinto donde el representativo del Rímac hace de local requería, al menos, de un par de jornadas.
Recién al consumarse la presencia del conjunto de Ricardo Gareca en la serie de repesca, tras la derrota de Chile ante Brasil y el empate entre Perú y Colombia, se encendieron las alarmas y se inició la polémica por la utilización de la cancha.
La Federación Peruana, a través de un comunicado, exigió al gobierno de Pedro Pablo Kuczynski que garantizara que la selección tuviera la prioridad, pese a que ya se han vendido más de 20 mil entradas para el recital del grupo de punk rock.
En principio, la productora a cargo del evento musical mostró reticencia a ceder el lugar.
“El show sigue en pie”, expuso Move Concerts Perú, que advertía que existía un contrato firmado con el recinto de propiedad estatal.
La polémica llegó al ámbito político. El parlamentario opositor Jorge del Castillo, incluso, demandó la renuncia de Óscar Fernández, presidente del Instituto Peruano de Deportes, si no conseguía liberarse del acuerdo con los organizadores del recital de Green Day, banda que también se presentará en Santiago (12 de noviembre, en el Bicentenario de La Florida).
Para los peruanos la opción de disputar la definición contra los “All Whites” en el Monumental, del club Universitario, estaba completamente descartada, debido a las dificultades que supone para el traslado de los fanáticos.
Finalmente, las autoridades se movieron rápidamente y consiguieron trasladar a Green Day a las dependencias de la Universidad Mayor de San Marcos, por lo que la selección peruana podrá disputar su encuentro más importante en más de tres décadas en su casa, el Estadio Nacional de Lima.