El delantero chileno Fabián Orellana fue separado del plantel de Celta de Vigo por el técnico argentino Eduardo Berizzo.
Exponiendo sólo "una falta de respeto inaceptable", el "Toto" aseguró que con él en la banca el ex Audax Italiano no volvería a jugar en el cuadro gallego.
Que se vaya a cagar. No voy
La decisión fue respaldada por el club. De hecho el director deportivo, Felipe Miñambres, anunció que buscarán la venta de Orellana, sin importar el dinero que consigan por el jugador.
Pero hasta ahí el verdadero motivo del enfado de Berizzo todavía no era revelado. Medios españoles entregaban detalles de la discusión entre el entrenador y el delantero, pero fue el diario Faro de Vigo el que este miércoles presentó el que sería el principal detonante de la drástica decisión del estratega.
Según cuenta el medio, "Berizzo tomó la decisión de prescindir de Orellana a comienzos de la semana pasada, justo después de que el chileno recibiese el alta médica tras recuperarse de la rotura fibrilar que le mantuvo fuera de los terrenos de juego en el tramo final de 2016. Entre los dos ya se habían producido algunos desencuentros que no habían pasado a mayores. Pero la situación se tensó en los últimos meses".
El diario agrega que "Orellana renegó de lo que entendían eran cortas vacaciones de Navidad – del 23 al 30 de diciembre, como el resto de los futbolistas de la plantilla – y como señal de protesta no estuvo en la grada en el partido contra el UCAM Murcia en Balaídos. Tras el parón navideño alegó que no estaba preparado psicológicamente para recibir el alta médica, lo que puso a prueba los nervios de Eduardo Berizzo".
Finalmente, la semana pasada, más tarde de lo que esperaba el DT, el "Histórico" recibió el alta para jugar ante Valencia en Balaídos. Pero el "Toto" quiso aclarar primero la situación con el atacante y fue ahí cuando la bomba estalló.
"Tras el entrenamiento el técnico envía a Roberto Bonano al vestuario para pedirle a Orellana que se reúna con él en su despacho. El ayudante de Berizzo acude a la caseta donde se encuentra la totalidad de la plantilla y le traslada al futbolista chileno el mensaje. La respuesta que recibe es contundente y en un tono suficientemente alto como para que todos sus compañeros lo escuchen: 'Que se vaya a cagar. No voy'", expuso Faro de Vigo.
Luego de eso el chileno se ducha, se viste y se va sin acudir a la cita con Berizzo. El resto de la historia es conocida. El entrenador toma la decisión de apartar al futbolista, asegurando que no habrá más Orellana en el Centa que él dirige.