Un invitado no esperado y singular tuvo la gran final de la Eurocopa 2016 en París.
Se trata de una invasión de polillas que llego hasta el Stade de France y que se hicieron presentes antes y durante el partido que animó Francia ante Portugal.
Los jugadores sufrieron con su presencia durante el calentamiento al igual que a los fanáticos en las tribunas.
Periodistas y comentaristas también se vieron molestados por los insectos durante sus transmisiones.
La decisión de dejar las luces del estadio encendidas durante la noche anterior al partido podría explicar esta invasión.
Publicidad