Las marcas en las canchas de fútbol son tan familiares que pocos de nosotros nos detenemos a pensar en la brillantez del diseño.
Asumimos que los varios puntos, líneas y curvas blancas en el pasto deben haber existido desde el principio del deporte mismo. Y rara vez nos preguntamos si podrían tener algún significado fuera del contexto del juego.
Al arquitecto Sam Jacob, sin embargo, le han fascinado ese tipo de preguntas durante años.
Cuando el diario The Times de Londres le solicitó a expertos que nominaran los mejores diseños británicos de la historia, Jacob escogió la cancha de fútbol.
"Es una pieza asombrosa de cultura visual", explica. "Es elegante, simple y precisa pero al mismo tiempo increíblemente rica y compleja".
No obstante, no hubo ningún diseñador involucrado en esta "asombrosa pieza" de diseño.
"Fue diseñada por un comité, el tipo de comité del que no esperarías que saliera un diseño espacial".
El fotógrafo holandés Hans van der Meer, quien ha explorado las posibilidades espaciales del juego en libros como "Dutch Fields" y "European Fields", concuerda y dice que el diseño se asemeja a una fórmula matemática perfecta o a una obra de Piet Mondrian.
"Es muy bello", opina el fotógrafo.
"Como el tablero de ajedrez, la cancha de fútbol parece muy antigua y a ninguna de las personas que vinieron después se les ocurrió cambiarla. A menudo se habla de cambiar las reglas u otros detalles del fútbol. Pero nadie habla nunca de cambiar el tamaño de la cancha o las líneas".
Alex Bellos, autor de libros de matemáticas y fútbol, y escritor fantasma de la autobiografía de Pelé, observa otro elemento.
"Hay algo en el deporte que tiene que ver con la justicia", señala.
"Eso se ve en la geometría de la cancha de fútbol. Es equilibrada y tiene una simetría matemática. Simetría significa equidad".
Arcos y banderas
Quizás lo más sorprendente es que el fútbol moderno existió durante décadas sin cancha.
Cuando un grupo de caballeros ingleses se reunieron en un pub de Londres en 1863 para establecer las primeras reglas del juego, había dos arcos, banderas en 4 esquinas del campo y... ¡nada más!
El diseño que conocemos fue creado después, a lo largo de décadas, por un órgano normativo conocido como International Football Association Board o IFAB (en español se le conoce como F.A. Board International).
A pesar del título, era una entidad enteramente británica en sus relevantes primeras décadas y sus miembros más influyentes eran administradores poderosos y prácticos.
Pero no había un plan general: la cancha evolucionó como resultado de problemas prácticos que surgieron del juego.
La red del arco, por ejemplo, fue inventada en 1889 por un ingeniero de Liverpool llamado John Brodie. Resolvió eficientemente el problema de saber si la bola había pasado o no entre los postes.
Brodie construyó luego el túnel Mersey -que pasa bajo el río Mersey entre Liverpool y Birkenhead en el nororiente inglés- y fue uno de los diseñadores de Nueva Delhi, India. Pero siempre dijo que lo que más lo enorgullecía era haber diseñado la red.
Desafortunadamente en las minutas de las reuniones del IFAB no registraron las discusiones que llevaron a sus decisiones. Pero gracias a las memorias de William Pickford, miembro del Football Association Council, sabemos que los abogados siempre trataron de influir en la organización a finales del siglo XIX.
Por ello, las leyes se desarrollaron de una manera legalista a medida que los jugadores y sus entrenadores explotaban vacíos y ponían a prueba las posibilidades del juego.
Ensayo y error
A pesar de que "se legislaba", las cosas no estaban escritas en piedra.
Las canchas, por ejemplo, empezaron siendo más largas que ahora: medían hasta 180 metros.
La experiencia probó que esa distancia era perniciosa para el juego así que, en 1897, la longitud máxima fue reducida a 118 metros.
En otra decisión de finales del siglo XIX, las esquinas de 90º se volvieron obligatorias y algunas de las canchas romboides de los primeros días fueron prohibidas.
Curiosamente, la proporción de la mayoría de las canchas de hoy en día es cercana a la del Rectángulo dorado -aquel que posee una proporcionalidad entre sus lados igual a la razón áurea-, pero el rectángulo más angosto del marco del gol tiene la forma de una puerta o una tumba.
En 1866 introdujeron una cinta que tornó a los dos postes donde se marcaba el gol en una caja. En la reunión del IFAB de 1883, la frágil cinta fue reemplazada con una viga sólida de madera.
En la misma reunión se ordenó que el borde de la cancha fuera marcado con líneas de banda pintadas, para ponerle fin a las discusiones sobre si la bola había salido o no del campo.
La llegada del círculo
Para la década de 1880 el juego ya era reconocidamente moderno.
La FA Cup o Copa de Inglaterra estaba ya establecida. Había un abanico de partidos internacionales. En 1895 se empezó a permitir el profesionalismo, el fútbol de liga empezó en 1888 y se formaron la mayoría de los grandes clubes de fútbol ingleses que conocemos hoy.
Y sin embargo, aún no habían líneas adentro del campo de juego.
Eso cambió en 1891, con la llegada del círculo central.
El círculo, que precedió la aparición de la línea del medio por una década, es uno de los elementos más extraños de la cancha.
En gran medida es irrelevante para el juego -¿cuándo fue la última vez que viste una falta en el saque inicial?-, no obstante es un elemento brillante y crucial de diseño gráfico que vivifica y ancla visualmente toda la cancha.
Líneas y más líneas
En contraste, la introducción en 1891 del penalti abrió el camino para la mayor innovación de todas, hecha en los pedazos de la cancha más cercanos a la portería.
Los problemas eran obvios: ¿cómo definir esa nueva zona tan sensible controlada por una nueva ley? y ¿de dónde se debe disparar el penalti?
Por más de una década, los administradores tuvieron problemas con las consecuencias gráficas de la regla y probaron una profusión de aparatos para marcar la distancia la portería.
Varias líneas -algunas de ellas no continuas- se extendieron en la cancha a intervalos de 5, 10 o 16 metros de la línea del gol.
En un momento, el espacio del arquero estuvo marcado con una curva doble, como la letra B.
Antes de la invención del punto de penalti, la pelota se podía disparar desde cualquier lugar en la línea de los 10 metros.
El caos terminó en 1902 con una solución elegantemente simple: enmarcando el área de meta y el área penal y pintando un punto para marcar el lugar del tiro penal.
Los cielos y la Tierra
La letra 'D' que está al borde del área penal -el semicírculo del área- no fue añadida hasta 1937. Su función era simplemente evitar que los jugadores interfirieran cuando se estaba cobrando un penalti.
Sin querer, tornó una simple caja en algo más interesante: un rectángulo con un domo encima. Es la forma distintiva de muchas de las más importantes edificaciones del mundo, desde el Panteón en Roma hasta el Hagia Sophia en Estambul y el Capitolio en Washington DC.
Esos edificios combinan las dos formas por una razón. Los círculos y las esferas siempre han sido asociados con lo sagrado y lo sublime mientras que los cuadrados, cubos y rectángulos han sido símbolos de lo profano y terrenal.
Puestos juntos -dice la teoría arquitectónica- y tendrás una representación del cielo y la Tierra combinados.
En la cancha, el juego entre esas dos formas está entretejido en todos los aspectos del partido. Los jugadores se mueven en un entorno de rectángulos y círculos enteros o fragmentados, y el objetivo es meter una esfera (la pelota) en un rectángulo (el arco).
El mundo es un teatro
Para el fotógrafo Hans van der Meer, la cancha es como el escenario de un teatro, un lugar para la imaginación en el que las reglas normales de la sociedad no aplican.
Para el arquitecto Sam Jacob, el paisaje del campo de juego representa el de la campiña inglesa.
"Es una codificación de las raíces medievales y míticas del fútbol".
Los precursores del fútbol moderno eran partidos salvajes y revoltosos de "fútbol popular" que se jugaban entre aldeas.
En esas ocasiones, cientos de hombres de cada lado se desmandaban a través de "canchas" de varios kilómetros de longitud que incluían campos, setos, arroyos y estrechas callejuelas.
Pero quizás más significativo es que la cancha es infinitamente reproducible, señala el arquitecto. Se puede crear en cualquier lugar de la Tierra y es instantáneamente icónica y reconocible.
Para Hans van der Meer, "la cancha de fútbol es una impronta tan grande en la consciencia colectiva de todo el mundo que es imposible imaginársela de otra manera".