-¿Cómo está el ambiente en la Convención? Escribiste un tuit muy duro contra la ex Lista del Pueblo.
-Solamente describo lo que han hecho. Como congresistas defendimos un sistema electoral para independientes como ellos. Hicieron campaña con funas en redes sociales y en televisión. Llegaron a la Convención el 4 de julio e hicieron un escándalo, que casi impide el inicio del proceso. No se conocían entre ellos y cuando se conocieron, se quebraron como lista. Luego vino el tema de la candidatura presidencial de Diego Ancalao, que trataron de inscribir de forma ilegal. Después vino la teleserie de Rojas Vade, vamos en el capítulo cinco o seis.
Mas encima les correspondería juntar las firmas para tener la séptima vicepresidencia, pero como son desordenados, no les alcanzan las firmas, entonces tienen bloqueada la séptima vicepresidencia. La Convención debía tener ocho vicepresidencias, pero tiene siete. Porque no quieren. ¿Cómo te relacionas con un grupo humano que genera esas consecuencias políticas? La mitad del Rechazo que tiene la Convención es culpa de la ex Lista del Pueblo. Y la animadversión que tienen contra medio mundo. Contra Harboe, contra mí, contra Gutiérrez, a todo el mundo le tienen un pero.
-¿Cómo se organizaron tras el quiebre de la Lista?
-Ellos quedaron en dos grupos, entre Pueblo Constituyente y la Coordinadora Plurinacional. La Coordinadora es mucho más razonable que los Pueblos. El problema es que no sabemos cuál es su doctrina. Porque el PC es marxista leninista. Hay fuerzas anarquistas, trotskistas, etc. ¿Qué son ellos? ¿Cuál es doctrinariamente su pensamiento? Ellos son el pueblo y nosotros el anti pueblo. Eso se llama fascismo de izquierda, totalitarismo de izquierda. Es muy precario su acercamiento a lo conceptual, a lo doctrinario. Y al ser muy precarios, son impredecibles.
-¿En la Comisión de Sistema Político, te ha tocado trabajar con ellos?
-Sí, hay varios. Están quebrados, no se aprueban entre ellos sus propuestas. Parte del bloqueo que hay en la Convención es que hay un quiebre entre Coordinadora y Pueblo Constituyente.
-¿Cómo definirías el ambiente interno?
-Ha ido empeorando. Después de lo que pasó el 4 y 5 de enero, las cosas habían ido mejorando. Pero ahora hay un retroceso. Lo fundamental es que los colectivos no tienen orden interno. Entonces los convencionales de un colectivo van y proponen una norma en la Comisión y después en el plenario su propio colectivo les vota en contra.
Esto pasa todos los días y en todos los colectivos, incluso la derecha. No hay ningún control. En el fondo, hay 154 personas, no colectivos. Están quebrados los colectivos, fíjate en las votaciones de Atria respecto a Amaya Alves o Jaime Bassa.
-¿Son contradictorias?
-Si. Atria vota en contra, Alves a favor y Bassa se abstiene. Todos del Frente Amplio y fueron líderes del primer semestre. Eso es una debilidad doctrinaria.
-¿Estás preocupado?
-Me parece que lo verdaderamente inquietante es la cultura política que estamos fundando. Más que las reglas. La cultura política de la funa, los colectivos sin disciplina. Es una cultura política bananera la que estamos fundando con la Convención. Con escandalillos todo el tiempo. Adolescente. Eso es muy negativo.
Se ve en la izquierda y la derecha, porque la derecha tampoco tiene control sobre sus convencionales. Esta situación líquida se está dando en los dos polos. Y curiosamente los más sólidos somos los amarillos, socialdemócratas y liberales, a los que nos gusta Occidente.
-¿Hay sectores anti occidentales?
-Sí, coquetean con apoyar a Putin. Dentro de la Convención hay gente que dice que la OTAN está arrinconando a Putin. Gente de los colectivos más izquierdistas.
-¿Quiénes?
-No te puedo dar nombres. Pero esa es la visión que tienen muchos. Son muy escépticos de Occidente, del liberalismo. En el fondo, cuando uno mira sus posiciones, lo que hay de verdad es un horizonte anticapitalista. Hay un horizonte anticapitalista en esta izquierda a la izquierda del PC, entonces quieren poner en la Constitución un horizonte anticapitalista. No alcanza al tercio, pero tensiona el plenario.
Tensiona la derecha que quiere repetir lo que está en la Constitución y te tensiona la izquierda anticapitalista. Son dos extremos demasiado alejados. La gente de Pueblo Constituyente, de Pueblos Originarios, independientes, que hablan de decrecimiento y quieren introducir una serie de palabras como extractivismo, monetarismo, neoliberalismo, pero en el fondo lo que hay es un horizonte anticapitalista, pero no reflexionado ni sincerado.
-¿En las comisiones cómo ha funcionado el diálogo?
-Es muy difícil deliberar. Como todo es a la chilena se ponen palabras en las normas que después hay que negociar qué significan. Todo se reduce a votaciones. Pero no hay un sistema pensado y reflexionado entre 20 personas, eso no existe. Esto ha sido una adición de solicitudes.
-¿El cansancio está influyendo?
-Yo me siento bastante entero. Sí creo que los que tienen menos rodaje están chatos. El clima interno tiene muy cansada a mucha gente. No están acostumbrados a lo que es la política, Son antipolíticos. Hay gente que no les gusta la política y eso es grave porque se metieron a una instancia política, histórica, para decir que no les gusta la política. Es como que postules a jugar en la Selección Chilena el partido más importante de la historia y llegues a la cancha y digas que no te gusta el fútbol. Absurdo. La antipolítica está adentro del espacio constitucional.
Eso tiene cansada a mucha tiene. La política tiene sus tiempos, sus ritmos y hay personas que esto no lo comprenden, le ocurre a gente de la UDI y de la ex Lista del Pueblo. La política es un oficio, un hacer. Te miran mal si estás negociando.
-¿Falta un liderazgo?
-Sí, porque hay fobia al liderazgo. Aparece una lideresa o un líder e inmediatamente saltan a cortarle la cabeza. Atria tuvo su momento, lo dejó escapar de las manos. Su desempeño político no ha sido bueno. Jaime Bassa ha decepcionado a mucha gente. En el FA quienes están surgiendo como líderes son Amaya Alves, que está empujando su tesis del estado regional y Christian Viera en los temas de justicia. Pero tampoco son políticos de experiencia.