A eso de las 10 de la mañana (hora local) el Lindt Chocolat Café de Sidney, ubicado en el distrito financiero, sufrió el ataque de un hombre armado no identificado que tomó de rehenes a los empleados y a los clientes que se encontraban en el lugar.
Las primeras informaciones hablaban de, al menos 13 rehenes, mientras otras, que citaban a la administración del local, subían a entre 30 y 40 las personas afectadas. Las autoridades sólo hablan de "número indeterminado", además de confirmar que el autor sólo es un hombre y no un grupo como se creyó en un principio.
La policía que evacuó rápidamente la zona circundante, incluida la emblemática Ópera de la ciudad, se ha negado a confirmar más detalles . Sólo ha dicho, según informa AFP, que hay "una operación en curso".
En tanto, testigos han afirmado que vieron una bandera negra con un texto en árabe en el que se lee "No hay otro Dios que Alá y Mahoma es el mensajero de Dios", según informó la cadena australiana ABC. Ese texto dirigió las sospechas hacia algún grupo islámico, pero aún no se tiene certeza sobre la identidad del mismo.
En tanto, el primer ministro australiano, Tony Abbott, antes de reunirse con Comité de Seguridad Nacional, afirmó: "Esto es un incidente preocupante pero todos nuestros organismos policiales y de seguridad están bien entrenados y equipados". Con posterioridad al encuentro, agregó que "no sabemos todavía el motivo del ataque ni si tiene motivos políticos".
De acuerdo con la agencia EFE, el incidente, ocurrido en el barrio de Martin Place, coincide con la detención, en otro operativo, de un hombre de 25 años en el noroeste de Sidney por presuntos delitos por terrorismo. El arresto está vinculado a un plan para perpetrar un ataque terrorista en el país y la facilitación del desplazamiento de ciudadanos australianos a Siria, de acuerdo con medios locales.
Desde hace meses que las agencias internacionales de seguridad han advertido de algún posible ataque del Ejército Islámico (EI) o algún otro grupo radical contra intereses de países no musulmanes.
La última toma de rehenes importante en Australia se registró en 2011, cuando un hombre con problemas mentales mató a tres personas en la sureña localidad de Hectorville, mientras que el último atentado ocurrió en noviembre de 1986 en el consulado turco de la ciudad de Melbourne, cuando un bombazo dejó a uno de sus autores muertos.
Sin embargo, el hecho terrorista que más afectó a los australianos ocurrió en 2002, cuando un atentado islamista mató a 202 personas -entre ellas 88 ciudadanos australianos- en la localidad indonesia de Bali.