Tras la toma de rehenes en la ciudad australiana de Sidney, un nombre ha surgido por su heroico comportamiento: Katrina Dawson, una de las dos víctimas del ataque realizado por el clérigo iraní Man Haron Monis.

Dawson, de 38 años y madre de dos niños y una niña -todos menores de diez años-, estaba en la cafetería con su amiga embarazada Julie Taylor, cuando ocurrió el secuestro. Cuando Monis empezó a disparar contra los cautivos, Dawson se lanzó sobre el cuerpo de una amiga embarazada para protegerla. Sin embargo, las balas hirieron a Dawson y terminaron con su vida cuando era llevada al hospital.  

Dawson trabajaba como abogada en una firma cuya sede está cerca de la cafetería de la tragedia -lugar del cual era cliente habitual- y era parte de una destacada familia de abogados, según explica la prensa australiana.

Al conocer el incidente, la familia trató de ponerse en contacto con ella, pero Dawson no respondió. Sus hijos recién supieron hoy de su muerte.

El otro fallecido en el secuestro fue Tori Johnson, de 34 años, quien trabajaba como gerente del establecimiento. Johnson intentó desarmar al captor cuando empezaron los disparos, dando tiempo a la policía para entrar en la cafetería.

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