Tras el sorpresivo anuncio de acercamiento entre Estados Unidos y Cuba conocido el miércoles, surgió un misterio: el caso del espía cubano que trabajaba para la inteligencia estadounidense, liberado tras permanecer casi 20 años prácticamente olvidado en las cárceles de la isla.

La puesta en libertad de este agente, cuya existencia era desconocida, fue anunciada por Washington tras la liberación de Alan Gross, el contratista estadounidense del Departamento de Estado encarcelado en Cuba desde hace cinco años, y de tres espías cubanos presos desde fines de los 90 en Estados Unidos. Gross había sido condenado a 15 años de prisión por haber introducido en Cuba aparatos para la transmisión satelital prohibidos en la isla caribeña.

“Este hombre (el espía cubano), cuyo sacrificio es conocido por unos pocos, suministró a Estados Unidos información que permitió el arresto de una red de agentes cubanos que incluía a los hombres enviados a Cuba así como otros espías en Estados Unidos", explicó el mandatario norteamericano.

La Dirección de Inteligencia Nacional (DNI) cubana confirmó la liberación del agente y señaló que los detalles de la información que suministró se mantendrán de manera “confidencial”. De acuerdo con fuentes consultadas por el diario El Nuevo Herald, se trata de Rolando Sarraff Trujillo, un ex agente de inteligencia cubano que fue encarcelado en 1995 bajo cargos de espionaje en Cuba y sentenciado a 25 años de prisión. 

Incluso, la DNI reveló que la información suministrada por el agente “condujo a la identificación y condena de la analista de la agencia de inteligencia de Defensa Ana Belén Montes (arrestada en 2001), del ex funcionario del Departamento de Estado Walter Kendall Myers(detenido en 2009) y su esposa“.

Además, confirmó que la liberación de este cubano se hizo en un canje con otros tres agentes cubanos anunciado por Obama, parte del llamado “Grupo de los Cinco”. Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero habían sido detenidos en 1998 en Estados Unidos y condenados en 2001 a penas de prisión por espionaje. En su país, estos cubanos liberados el miércoles eran considerados como “héroes de la lucha antiterrorista” y habían infiltrado las filas anticastristas en el sureño estado de Florida, reducto de la inmigración cubana. Dos de ellos fueron liberados tras cumplir su condena, pero La Habana insistía en la liberación de los otros tres agentes.

"Los Cinco" fueron atrapados tras elaborar un informe de 230 páginas que llegó al FBI y que evidenciaba planes de atentados contra Cuba desde Miami, organizados por movimientos anticastristas de Florida en la llamada "Operación Avispa". 

Pero la historia del espionaje entre los dos países se remont a los primeros grupos de exiliados que intentaron derrocar a Fidel Castro: un ejemplo claro es la fallida invasión a Bahía de Cochinos, perpetrada por cubanos opositores armados con el apoyo de Estados Unidos en 1961 y el derribo del vuelo 455 de Cubana de Aviación en 1976, cuando la aeronave que cubría la ruta Guyana-La Habana fue derribada con dos bombas: las 73 personas a bordo murieron, entre quienes se encontraban 24 miembros del equipo nacional juvenil de esgrima cubano y cuatro altos funcionarios del Partido Comunista.

Los últimos casos se registraron este año: en agosto el gobierno de La Habana rechazó la llegada de un grupo de 12 jóvenes latinoamericanos, provenientes de Venezuela, Costa Rica y Perú, que acudían como miembros de una de las misiones de ayuda sanitaria de la agencia estadounidense Usaid. Según La Habana, ese grupo tenía como objetivo promover la subversión en su territorio a través de la idea de que era momento de dar comienzo a “un cambio político”.

Y la semana pasada, se publicó un informe sobre cómo la inteligencia estadounidense había infiltrado a Cuba a través de jóvenes raperos y activistas que lanzaban mensajes contra el gobierno a través de sus canciones.

Publicidad