Estos anillos o discos, producidos por una intensa llamarada de una estrella de neutrones, proporcionan a los astrónomos una oportunidad única para determinar la distancia de la estrella (de nuetrones) a través de la Vía Láctea.
Las imágenes, dadas a conocer por la NASA, muestran impresionantes discos de luz al interior de un hoyo negro.
Los agujeros negros son regiones en el tejido del espacio-tiempo donde la masa colapsa en un área tan pequeña que nada resiste a su poder de atracción gravitacional.
El naturalista inglés del siglo XVIII John Michell conceptualizó los agujeros negros, describiéndolos en 1873 como obscuras estrellas tan masivas que ni siquiera la luz logra escapar de ellas.
A pesar de ser millones desparramados por la Vía Láctea, los hoyos negros no pueden ser vistos, justamente porque absorben la luz, junto con todo el resto.
Los investigadores estiman que el agujero negro tiene una masa alrededor de un millón de veces la del Sol.