Durante 80 segundos, la cabeza del ilusionista Darcy Oake estuvo sumergida bajo el agua, en un truco que impresionó a 500 mil personas durante el desfile de Año Nuevo en reino unido.
El ilusionista Darcy Oake hizo comerse las uñas por los nervios a más de 500 mil personas con un arriesgado truco que realizó en la celebración del año nuevo en Londres. El mago fue encadenado a una pequeña estructura que fue puesta en sus hombros, luego su cabeza quedó sumergida en agua y finalmente él quedó suspendido en el aire.
La maniobra podía terminar con el ilusionista zafándose de su cautiverio ante la admiración de todo el mundo o con Darcy Oake ahogado por no poder zafarse. Felizmente sucedió lo primero ya que Oake sólo tuvo que aguantar 80 segundos sin respirar.
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