Lo que publicamos en nuestras redes sociales nos puede perseguir para siempre y, a veces, con consecuencias inesperadas. Eso le pasó a un grupo de estudiantes cuyos memes crueles y racistas le costaron su carrera, nada menos que en la prestigiosa Universidad de Harvard. Y le puede pasar a cualquiera, si por ejemplo, la mitad de las empresas declara revisar las redes sociales de un candidato antes de contratarlo.
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