Violentos robos, secuestros y violaciones. Por ese tipo de delitos un grupo de sujetos, todos familiares, son investigados por la Fiscalía y la PDI. Los taxichorros, para cometer sus ilícitos tenían un auto pintado como taxi y a las víctimas las captaban cuando salían de exclusivas fiestas en distintas comunas de Santiago. Un trayecto de diez minutos, podía transformarse en un calvario de cuatro horas.
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