Hace un mes le mostrábamos la historia de una familia que quedó destruida, porque a su guagua de nueve meses la mató una bala perdida. Dos días después de ese reportaje, una joven madre murió alcanzada por otro de estos proyectiles anónimos. Un problema de seguridad gravísimo que afecta a personas inocentes, que no encuentran protección ni siquiera dentro de sus propios hogares.
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