Entre marzo y abril - en plena cuarentena - comenzaron tímidamente a tomarse los terrenos y en cosa de meses, hay mil 500 familias que ya levantaron ferreterías, negocios y hasta una iglesia. Entre Cerrillos y Estación Central, crece cada fin de semana un campamento sobre un terreno contaminado, lleno de gases subterráneos, una verdadera bomba de tiempo, según los expertos.
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