Llevan más de una década luchando por acceder a una vivienda digna y sienten que -ahora- están más cerca. En todo ese camino han logrado pasar de manifestaciones callejeras a reuniones con ministros y recibir asesoría urbanística. ¿El único tope? Sus viviendas se deberían instalar en terrenos fiscales que aún no les son traspasados.
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