Durante décadas, el ministerio de Bienes Nacionales ha entregado a fundaciones y municipios, casas y oficinas para que puedan desarrollar sus proyectos. Cada una de esas organizaciones se debe comprometer a mantenerlas en perfectas condiciones, además de pagar las cuentas de agua, luz y gastos comunes. Pero descubrimos que varias de ellas simplemente permanecen desocupadas hace meses y otras -tras la pandemia- pasaron a ser tomas. Recursos del Estado que se van a la basura: Comodato y abandono.
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