Han pasado 40 noches durmiendo en un auto o una carpa y convenciendo a los niños que el incendio no volverá. Así viven en Santa Juana tras la pesadilla ocurrida el 3 de febrero. Casi 800 vecinos han recibido atención psicológica y, a la fecha, aún no hay colegio, posta, ni bosques que volver a trabajar, y el frío comenzó a dar avisos de su llegada.
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